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Voto de psicobiris:
8
Acción Barney Ross (Sylvester Stallone), Lee Christmas (Jason Statham), Yin Yang (Jet Li), Gunner Jensen (Dolph Lundgren), Toll Road (Randy Couture) y Hale Caesar (Terry Crews) y Billy (Liam Hemsworth), un nuevo colega, se vuelven a reunir cuando el señor Church (Bruce Willis) les encarga un trabajo aparentemente sencillo y muy lucrativo. Sin embargo, el plan se tuerce cuando un peligroso terrorista llamado Villain (Jean-Claude Van Damme) les ... [+]
30 de agosto de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Festiva macarrada autoparódica y gamberra, con ingentes cantidades de tiros, patadas, puñetazos, diálogos completamente gilipollescos pero repletos de sentencias, al más puro estilo hombre-duro-del-oeste-ameriacano.

Como ya hiciera The Expendables, esta película es un homenaje a ese cine de acción de los ochenta y principios de los noventa, donde los héroes eran machotes chulos prácticamente invencibles, pero con su corazoncito, con su lado humano y, sobre todo, con sentido del humor (¿recuerdan esa frase de aquella mítica película de Schwarzennegger ¡sales en la televisión! justo antes de matar al malo maloso estampándole un televisor en la cabeza?)

Así, si pretendes analizar esta película desde un punto de vista excesívamente crítico llegarás a la conclusión de que no vale nada... Para mí, las películas de acción que no valen nada son la inmensa mayoría que se vienen haciendo en las últimas décadas, donde todo son tipos guays muy cabreados e inteligentes, todo son efectos especiales burdos o, en muchas ocasiones incluso peor, todo son superhéroes moñas.

Los héroes de The expendables, como digo, no son cerebrales James Bond o inteligentísimos Bourne, no son estrategas como Ethan Hunt ni están al borde de la muerte en cada escena como Chev Chelios, no son atormentados Bruce Wayne o enamoradísimos Spiderman...

Los héroes de The expendables son testosterona pura, que arreglan el mundo a puñetazo limpio, o, en su defecto, a tiro limpio. No hay filosóficas consideraciones sobre los buenos y los malos: aquí los buenos son unos tios de puta madre y los malos unos hijos de puta sin corazón. Punto.

Así, la película da justamente lo que ofrece, y es una gozada ver juntos a todas esas glorias, a saber: Bruce Willis, Schwarzenneger, Stallone, Dolph Lundgren, Jean Claude Van Damme, Chuck Norris...

Genial la escena en que Statham, Couture y Crews están, cada uno por su lado, a puñetazo limpio con los respectivos malvados sicarios, y aparecen Lundgren y Stallone, resuelven sus problemas a tiro limpio y ¡chocan los cinco! Porque puede que deban estar en un museo y ya no estén para esos trotes del cuerpo a cuerpo, pero siguen siendo los putos amos.

Leo sesudas críticas en las que, precisamente, se critica todo aquello que hace de esta película lo que es. Queridos amigos, o habéis ido al cine con un prejuicio que únicamente prentendíais que la película os confirmara, o es que no habéis entendido nada de nada de nada en absoluto. Que oiga, está en su derecho de que no le guste y decir que es caca, pero es como si yo voy al cine a ver cualquier película de amor moñas y luego la critico por ser una película de amor moñas. Pues vaya un crítico estoy hecho...

Y es que he llegado hasta a leer que la película es pura homosexualidad (y además como si la homosexualidad fuera mala). Quisiera pedirle a ese gran crítico que le echara un vistazo a las pelis antiguas de Van Damme, Stallone, Schwarzenneger... y me diga si no son prácticamente igual de "homosexuales". En serio, la película es una película de género, es una película de museo, en ese sentido, pues ya no se hace este tipo de acción descerebrada para descerebrados, ahora a todo hay que sacarle la genialidad de una trama con giros espectaculares, o con ideas súper-guays que te cagas que, a fin de cuentas, sólo acaban redundando en el mismo tipo de acción para descerebrados (¿recuerdan Origen?) pero encima con pretensiones...

The expendables 2, como la primera, es sencillamente eso: una macarrada descerebrada para meter mucho ruido, muchas balas y puñetazos y patadas, todo ello salpicado con ese humor propio de las pelis de acción "perro" de los ochenta/noventa y con otro tipo de humor, el de la autoreferencia y la autoparodia. En ese sentido, yo tenía, como digo, bastante claro lo que iba a ver al cine, y no me defraudó en absoluto. Es más, superó mis expectativas.

Cojonuda.
psicobiris
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