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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Keyser Soze:
8
Drama Narra la historia de Don Diego de Zama, un oficial español del siglo XVII asentado en Asunción que espera su transferencia a Buenos Aires. Es un hombre que espera ser reconocido por sus méritos. Pero en los años de espera pierde todo. Decide atrapar un peligroso bandido y recuperar su nombre... Basada en la novela existencial de Antonio Di Benedetto escrita en 1956. (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2017
20 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sigue la historia de un oficial español llamado Don Diego de Zama que espera su transferencia a Buenos Aires desde la ciudad de Asunción en el Siglo XVII. Este es el puntapié con el que arranca la cuarta película de Lucrecia Martel. En esta ocasión, la salteña plasma su personal visión sobre la novela de Antonio di Benedetto.

Desde antes de su estreno, la cinta ya estaba condenada a ser incomprendida y odiada. Como bien lo dijo la misma directora en una entrevista que ronda por ahí, las series (salvo los animes y la nueva Twin Peaks) se han encargado de malacostumbrar al espectador, terminando con el juego lúdico de la puesta en escena cinematográfica y poniendo todo el foco en el guion. La gente puede aguantar 7 capítulos seguidos de 40 minutos pero no resiste una película de 2 horas. Esto mismo lo vi en mi sala: sólo estábamos yo y una pareja (era tarde y y la función era justo después del partido de la Selección). Cuando faltaba alrededor de media hora para que la película acabase, la pareja se fue.

El espectador que se interese por el CINE (y que probablemente será tachado de snob por los fans de Stranger Things), encontrará en Zama una película con una atmósfera ominosa, que se hace presente en cada plano (una pena que los cines estén pasando copias con el formato inadecuado), en una fotografía impecable, en cada momento cercano al realismo mágico (voces inexplicables, un mueble que se mueve solo) y en cada gesto de Daniel Giménez Cacho.

Es necesario resaltar el trabajo de este actor hispano-mexicano: más de una persona se quejó porque no hay forma de empatizar con el personaje. Un hombre que espera su traslado para reunirse con su familia, que se ve obligado a responder al gobernador y hacer cosas que evidentemente no le interesan (se mueve con pesar en el espacio cinematográfico) con tal de lograr ese fin. ¿No hay forma de empatizar con eso?

Durante la primera parte de la película, más episódica y menos convencional, Martel hace un soberbio juego con el sonido: te mete de lleno en esos paisajes y al mismo tiempo genera tensión. Fauna, gritos, disparos; todo se construye desde el fuera de campo. El tercer acto, muy conradiano, nos acerca a la "barbarie" a la que teme Zama, dejando para el final un enfrentamiento esperado durante toda la película.
Keyser Soze
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