“21 Jump Street” construye su humor, sobre todo, a expensas de la parodia, chistes y gags relacionados con la sexualidad y una innumerable cantidad de guiños al espectador que remiten a un universo de cuestiones varias.
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En principio, basta con el título para descubrir el primer guiño. “21 Jump Street” o “Comando Especial” fue una serie que se emitió entre 1987 y 1991, protagonizada por Johnny Depp y cuya cortina en Argentina era la inolvidable “You give love a bad name” de Bon Jovi. Esta serie también trataba sobre unos policías jóvenes que se infiltran en un colegio para cumplir misiones como agentes encubiertos. Casi sobre el final del film de 2012, la participación fugaz de Johnny Depp termina de cerrar esta referencia.
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La primera secuencia, con música de Eminem y un Jonah Hill (“Loca vida salvaje”) lookeado a lo Eminem, ya es suficientemente graciosa como para una muy buena conexión inicial con el público. Luego, y durante todo el film, hay una eficaz ridiculización de la rivalidad juvenil (y no tanto) histórica entre populares y nerds en el colegio y la universidad. La comicidad también pasa por el cambio, debido al paso del tiempo, en las implicancias de estos estereotipos. El absurdo típico de las comedias yankees se hace presente también en “21 Jump Street”, así como también el humor más banal y ordinario que hace referencia a cuestiones de sexualidad, con una cierta preferencia por la homosexualidad masculina.
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Volviendo a la cuestión de los guiños, también se puede decir que las diferencias en el aspecto físico de esta dupla nos remiten a “Tweens” (1988, con Arnold Schwarzenegger y Danny DeVito). Por otra parte, hay otro recurso sobre el cual la película reincide, y se trata de la constante parodia de ciertas cuestiones o momentos típicos de los films de acción. En particular, parodia las súper explosiones a raíz de líquidos o gases inflamables (aunque de manera burlesca, símil a “cazadores de mitos”), las interminables balaceras y la típica caracterización de los villanos. Además, es muy corriente que, en el medio del frenesí de la acción, se produzcan cortes bruscos para dar lugar a diálogos o situaciones ridículas que terminan causando gracia.
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En definitiva, “21 Jump Street” es muy graciosa y recomendable porque, además del típico humor de las comedias yankees y, a pesar de tener una estructura muy similar a aquellas de policías fracasados que se convierten en héroes por cuestiones azarosas, ofrece otras vías de comicidad mediante referencias al mundo del cine/tv, aunque depende de que podamos agarrarlas.