Mejor que las secuelas anteriores de American Pie. En este reencuentro, despúes de una década de graduarse, el film repite la fórmula que le había dado el éxito a la primera parte. Oz, Jim, Stifler, Finch y Kevin vuelven a lo mismo, tanto a su gracia como a sus miedos. Además, se le suma esta interminable temática del paso del tiempo y la permanente comparativa entre el mundo juvenil y el mundo adulto. El sexo y las experiencias sexuales siguen siendo el ítem que da rienda suelta a la comicidad, pero además -y tal vez, lo mejor- es el humor producido a partir de la constante remisión al film original. En este sentido, es la innumerable cantidad de gasgs los que sacan la mayor parte de las carcajadas. La venganza de Stifler con Finch, sin duda, se lleva todos los aplausos.
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Si bien esta película saca carcajadas cuando las secuelas anteriores muchas veces solo sacaban sonrisas, hay que decir que es necesario ser un espectador que haya mirado, y que haya disfrutado de la primera parte. Incluso, es necesario recordar algunos detalles de aquél film porque, una vez más, la gracia está en los gasgs, en los guiños, en la autorreferencia y, para poder “cazarlos”, debemos poder relacionar el inicio con su secuela.