Alternando presente y pasado, “The Iron Lady” va recorriendo ciertos momentos de la vida de la controvertida ex Primer Ministro Británica Margaret Thatcher, a partir de un presente que la muestra senil y teniendo alucinaciones que la llevan a hablar continuamente con su difunto marido. www.criticasdecine2010.blogspot.com
Se trata de un film bélico ya que, aunque no del modo más literal, siempre habrá algún tipo de batalla librada en la historia que cuenta. La guerra interna de este personaje que intenta lidiar con su edad, sus alucinaciones y, sobre todo, con la soledad que atraviesa, producto de su personalidad. La personalidad fuerte y contradictoria de Margaret Thatcher será el “objeto de estudio” de este film, quien intenta explicarla a partir de una selección de momentos de su vida privada y pública.
Desde su juventud, atendiendo el almacén familiar y con la fuerte figura de su padre, quien le inculca sus ideales políticos y su visión individualista del ser humano, hasta su camino inicial en la política ocupando el cargo de Ministro de Educación, para llegar finalmente a ser la líder del partido conservador inglés y el Primer Ministro de Gran Bretaña. El film hace hincapié en el contexto de crisis total, con elevadísimos índices de desempleo, inflación, atentados del IRA, etc. En medio de las críticas de la sociedad y de la oposición, surge el conflicto con Argentina por las Islas Malvinas, la victoria inglesa y, por ende, la reelección de Thatcher. Finalmente, la decadencia de su segundo mandato y la posterior renuncia.
Desde un primer momento, la cinta se desarrolla alrededor de dos pares bien marcados: mujer/hombre y deber/ambición. Es, sobre todo, a partir de estos ejes desde donde se intenta explicar las causas de su personalidad y sus contradicciones que la hicieron un personaje tan particular y controvertido. En un mundo liderado por hombres, Margaret debe hacerse fuerte para abogar por la igualdad intelectual, de carácter, de fuerza y de liderazgo entre ambos sexos. También suele construirse su personaje por oposición a personajes de su mismo sexo, como su propia hija o las mujeres que la cuidan en la actualidad. La frialdad del caparazón de Margaret es mostrado en torno a su concepción de la era moderna, del gobierno que se preocupa más sobre los sentimientos que por los pensamientos y las ideas.
El film también trata de mostrar el lado interior de esta “dama de hierro”, cuando la relaciona con sus hijos o su marido, aunque siempre desde el presente y desde el arrepentimiento tal vez, ya que la elección entre su vocación y su familia es mostrada claramente a favor de la primera.
“La dama de hierro” cuenta con una actuación excepcional de Meryl Streep, quien logra sostener una película que, para gran parte del público (salvo ingleses y argentinos), puede tener un interés escaso o nulo.