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Voto de Diavola:
6
6,4
3.811
Terror. Intriga
Kirby Sweetman administra su propia sala de cine en donde exhibe películas de culto de las décadas del setenta y ochenta. Sin embargo, para pagar las cuentas se ve obligado a dedicar parte de su tiempo a otro trabajo: la búsqueda de cintas cinematográficas originales y extravagantes para gente rica. Un día es contratado por Mr. Ballinger para encontrar una cinta muy especial: "Le Fin Absolute Du Mond" (el final absoluto del mundo). El ... [+]
10 de diciembre de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los españoles de a pie sabemos que no hace falta gastar un pastizal y sacarse un ojo de su cara para poseer cualquier enser medianamente necesario. Cómo somos tan originales poniendo nombres, llamamos en un principio a esas tiendas con muchos cachivaches “20 duros” o “todo a cien”. Más tarde podemos comprobar que ese español de a pie entiende por “chino” no al nacido en China, sino a la tienda que vende de todo… Sabemos que la calidad no es la misma, pero siempre nos sacará del paso.
Con el cine ocurre algo parecido. Sabemos que también hay productos que se sacan para ser visualizados en esa pantalla pequeña que se ha convertido en un miembro más de la familia (cómo el “chino” del barrio): la televisión. Ese aparatito imprescindible reproduce esos subproductos llamados “telefilms”, que la mayoría de veces resultan incluso peor que algunas de las películas que llegan a las pantallas grandes, que ya es decir… Pero quién más quién menos ha agradecido a cierta cadena nacional que bombardee con estos films las sobremesas de fin de semana para poder ir echando cabezadas con la certeza de que lo que nos estamos perdiendo es “nada”.
Prólogo tan largo me sirve para presentar la presente: que sí. Que este mediometraje tiene tintes filosóficos que pueden agradecerse. Que más aún en estos tiempos dónde películas cómo “A Serbian Film” son carne para buitres. El cine… ¿es censurable? ¿Tangible?... El cine se vive, se siente, se desea y nos emociona. Pero no neguemos que al menos durante media hora, Carpenter ni nos hace vivir, ni sentir, ni emocionarnos. Quizá si desear. Desear algo mejor.
“Cigarette Burns” apesta a telefilm desde el inicio. Es pésima en ciertos aspectos técnicos, destacándose en la cúspide la fotografía. El guión es a ratos insalvable. Me gustaría que ese tal Kirby me enseñase la técnica para ir apareciendo en los lugares oportunos en los momentos oportunos, con explicaciones muy pero que muy cogidas por los pelos… ¿Podría el tal Kirby mostrarme dónde me tengo que presentar para conseguir un buen trabajo de manera segura, por ejemplo?
Llegó un punto en el que perdí la esperanza. Pensé incluso en suspenderla. Era entretenida, de acuerdo, pero las expectativas eran demasiado altas. Se señalaba este mediometraje cómo el mejor de toda la serie de “Masters Of Horror”… Y yo esperaba que llegase lo bueno con impaciencia. Quería ver el film maldito.
[Sigo en SPOILER...]
Con el cine ocurre algo parecido. Sabemos que también hay productos que se sacan para ser visualizados en esa pantalla pequeña que se ha convertido en un miembro más de la familia (cómo el “chino” del barrio): la televisión. Ese aparatito imprescindible reproduce esos subproductos llamados “telefilms”, que la mayoría de veces resultan incluso peor que algunas de las películas que llegan a las pantallas grandes, que ya es decir… Pero quién más quién menos ha agradecido a cierta cadena nacional que bombardee con estos films las sobremesas de fin de semana para poder ir echando cabezadas con la certeza de que lo que nos estamos perdiendo es “nada”.
Prólogo tan largo me sirve para presentar la presente: que sí. Que este mediometraje tiene tintes filosóficos que pueden agradecerse. Que más aún en estos tiempos dónde películas cómo “A Serbian Film” son carne para buitres. El cine… ¿es censurable? ¿Tangible?... El cine se vive, se siente, se desea y nos emociona. Pero no neguemos que al menos durante media hora, Carpenter ni nos hace vivir, ni sentir, ni emocionarnos. Quizá si desear. Desear algo mejor.
“Cigarette Burns” apesta a telefilm desde el inicio. Es pésima en ciertos aspectos técnicos, destacándose en la cúspide la fotografía. El guión es a ratos insalvable. Me gustaría que ese tal Kirby me enseñase la técnica para ir apareciendo en los lugares oportunos en los momentos oportunos, con explicaciones muy pero que muy cogidas por los pelos… ¿Podría el tal Kirby mostrarme dónde me tengo que presentar para conseguir un buen trabajo de manera segura, por ejemplo?
Llegó un punto en el que perdí la esperanza. Pensé incluso en suspenderla. Era entretenida, de acuerdo, pero las expectativas eran demasiado altas. Se señalaba este mediometraje cómo el mejor de toda la serie de “Masters Of Horror”… Y yo esperaba que llegase lo bueno con impaciencia. Quería ver el film maldito.
[Sigo en SPOILER...]
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Yo opto en esta crítica por seguir la contraria. Lo precipitado del final es el acierto. Estaba ya entregándome a la resignación cuándo un festín carníco inundó la pantalla. Salieron ojos e incluso boquiabierta me quedé al ver cómo puede hacerse una película intestinal. Había vuelto Carpenter para sacarme de mi apatía y pegarme un par de hostias bien merecidas. Había dudado de los derroteros de su film y él me acababa de estampar su talento en mi cara. Sigue estando en forma para dejarme callada. Y aunque los resultados no fueron los esperados, sólo puedo pedir el grito colectivo…
¡Larga vida a John Carpenter!
¡Larga vida a John Carpenter!