Las fallas que esta película presenta en sus personajes y en su trama, se compensan con el manejo de un ambiente matizado por el expresionismo y el arte pop: clave mezcla para que el filme enganche a los cinéfilos, si bien no tanto a los espectadores casuales que pueden llegar a su encuentro. La historia va de vampiros, pero no de terror ni algo parecido, sino de arte vampírico y sensualidad en clave de relato oscuro. Es un buen debut, eso sí, un muy buen debut, pero ello no hace que sea en sí mismo un filme de esos que marquen una nueva tendencia, pues lo que hace es recoger un acerbo de influencias en los que se puede quedar mostrando lo buena que es la directora para asumir sus fanaticadas.