O se perdía la serie o me perdía yo. Una de dos. Pero esta serie tenía las facultades para ser un interesante thriller en el que la belleza y talento de Melissa George pudiera generar una mayor expectativa al final de cada capítulo. Lamento que la serie se haya ido destiñendo y que el calibre de la historia con sus espías y traiciones se hubiera ido convirtiendo en la ruta hacia un abismo que venía con el marchamo de HBO, Cinemax y la BBC. Suena bien. Pero el sonido de esas consonantes no puede hacer que todo lo que allí veamos sea de entrada oro, que hay que ver las series para sacar conclusiones, y aquí la serie se fue deshaciendo sola en pedazos.
Melissa George no lo hace mal, pero, con la misma serie, también ella fue perdiendo el encanto. A quienes la admiramos, esperaremos que vuelva con más fuerza de estas cenizas.