Me preguntaba el porqué del título: Horse Feathers. A lo mejor hay alguna expresión coloquial norteamericana que lo explique. Y sí. En el Urban Dictionary aparece "Horse Feathers" como "término empleado para hablar de algo imposible o de un sinsentido". Ahora esta película puede gustar más, porque está llena precisamente de ese particular sinsentido de los Hermanos Marx.
La verdad, sí se puede advertir que, en la línea en la que fueron presentando sus trabajos, hay una maduración de sus gracias y talentos. Y eso es bueno, dadas las flaquezas de los primeros dos filmes.
Este tiene unos primeros quince minutos maravillosos. Claro, el protagonista es Groucho, quien para mí por su propia cuenta podía hacer todos sus filmes. Llega a la universidad de Huxley como nuevo rector y con el desafío de que su Universidad venza a la de Darwin en el football. Más allá de ello, que termina siendo una patanería de Harpo, Groucho tiene la inteligencia y la agilidad para regalarnos algunas de sus mejores frases en medio de la más que absurda historia. Cuando lo presentó el ex rector cediéndole el lugar en la dirección, Groucho recibe el turno con el siguiente agradecimiento: "Pensaba que mi suegra era hueca, hasta que escuché su discurso".