Antes de llegar a Hollywood, de ser un súper espía o un villano en Batman, Tom Hardy hacia mucho más que mostrarnos una sonrisa o un brazo. Para la muestra este retrato de un joven al que la vida le pasó por encima y lo dejó completamente desahuciado: Stuart. Pude ser el mejor papel de Hardy hasta la fecha. La película se disfruta por él y por el marco en el que se da una extraña amistad con Alexander Masters (Benedict Cumberbatch).
La obra tiene desafíos narrativos interesantes y bien llevados desde la dirección. Hay muchas movidas temporales que técnicamente hablando podrían dejar a más de uno envolatado, pero lo cierto es que hay claridad en el juego de tiempos y en las repeticiones.
Stuart es otra vida más en la historia del cine para mostrar que la realidad del mundo persiste en ser como no quisiéramos,