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Voto de Reverendo Wilson:
7
Acción. Drama Un policía debe cumplir la misión de infiltrarse en una banda de motoristas proscritos para llevarlos ante la justicia. Con el tiempo logra ser uno de los miembros de confianza del jefe de la banda... (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2013
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Stone Cold" puede parecer en primera instancia una caspa crespucular de los tiempos de las "action movies" que salieron a rebufo de la época dorada de la Cannon, pero tras ella esconde una serie de valores que la dejan en el tiempo como una pieza de videoclub de injusto reconocimiento.

Traslación de las biker movies (aquel entrañable subgénero de películas que tuvo en "Easy Rider" su epicentro, que llevaron a las pantallas a partir de finales de los 60 el encanto de las desiertas autopistas norteamericanas y sus superlativos habitantes a bordo de Harleys) al cine de acción estereotipado hasta la médula (muy popular por entonces), de incontestable espíritu macarra y fiel a su estilo desde el primer fotograma. Vehículo de lucimiento y lanzamiento de una supuesta (finalmente no fue así) estrella en ciernes, el ex jugador de fútbol americano Brian Bosworth, quien aguanta como puede el peso de una apuesta con una intrínsica esencia camorrista. Como antagonismo antológico, un espectacular Lance Henriksen con una estampa para el recuerdo y un William Forsythe con superávit de ordinariez.

La película se vende como una apuesta de distinción hacia lo vulgar, lo anteriormente citado macarra e incluso autoproclamándose unas maneras chuscas, que además de contar con unas escenas de acción rodadas con naturalidad y sin artificio (con ese realismo formal pero a la vez tan característico y excesivo del género por entonces) promueve la tosquedad, frialdad del subgénero "biker", incluyendo el egocentrismo contracultural de su abanico de personajes.

Craig R. Baxley (experto en la coordinación de escenas de acción de películas tan populares como "Predator") dirige con soltura el libreto y sin ningún tipo de pretensión ajena a las de la fidelidad por un estilo de acción que tantas horas de diversión ha brindado a toda una generación, o lo que es lo mismo, aquellos dorados años 80 donde el género gozaba de un exceso y desvergüenza muy añorados desde entonces. Mucha testosterona, violencia, exceso, mala baba, frases lapidarias y grandes momentos de chabacanismo formal que supusieron los últimos coletazos de una desmesurada forma de entender el género de acción que algunos nunca nos cansaremos de reivindicar.
Reverendo Wilson
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