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Voto de Reverendo Wilson:
5
Acción. Fantástico Durante nueve generaciones, Shang Tsung, un brujo malvado, ha llevado a un poderoso príncipe a la victoria contra sus mortales enemigos. Si vence el décimo torneo Mortal Kombat, la desolación y el mal que han florecido en el mundo exterior reinarán la Tierra por siempre. (FILMAFFINITY)
7 de octubre de 2014
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En 1995 llega “Mortal Kombat”, adaptación del famoso videojuego que planteaba, como “Street Fighter”, un combate global (aquí jugando con elementos mucho más fantásticos) entre los más variopintos personajes. La película, al igual que ocurrió entre ambos videojuegos, venían hecha completamente a rebufo de la moda del principio de los 90 de adaptar videojuegos, con “Street Fighter, la última batalla” (Street Figther, Steve E. de Souza 1994) a la cabeza . Para más inri, Jean-Claude Van Damme rechaza participar en la película de Anderson a favor de la adaptación del juego de Capcom, un producto hecho más a su servicio. En “Mortal Kombat” interpretaría a Johnny Cage, uno de los personajes del juego que es a partes iguales estrella del cine y experto luchador. La trama de la película viene heredada del videojuego planteando un torneo en una especie de dimensión paralela donde Shang Tshung, un malvado ser interpretado por el gran Cary-Hiroyuki Tagawa (tan habitual en las producciones 90´s donde se requiriese a un asiático con cara perpetua de malignidad y mala hostia), ejerce de anfitrión del torneo llamado Mortal Kombat. Si su banda de descerebrados bastardos llamados “Outlaws” consiguen vencer, acabarán dominando la tierra, algo que por supuesto habría que evitar. Tshung cita al combate a los “mejores luchadores de la tierra” compuestos por el citado Johnny Cage (Linden Ashby), Liu Kang ( un poderoso guerrero oriental interpretado por el habitual del cine de artes marciales occidental Robin Shou, experto stunt man), o Sonya Blade (Bridgette Wilson), una policía que reparte estopa cosa fina, o al menos eso nos quieren hacer creer. Ellos serán los encargados de salvar al mundo, con la supervisión de un extraño, caricaturesco e imcomprensible personaje llamado Lord Rayden con el físico de Christopher Lambert.

“Mortal Kombat” es una oda a la hilaridad, empezando por su machacona música techno muy popular en su época pero que ahora se hace imcoprensible su asociación a una película de mediana seriedad. Auque su guión roce lo esquemático de principio a fin y su desarrollo y evolución cabalguen por todos y cada uno de los estereotipos más sobados del cine de acción, cierto es que Anderson optó por lograr cierta fidelidad hacia la historia del videojuego y sus personajes. Teniendo en cuenta la dificultad que tiene para sí adaptar al cine una trama que se basa principalmente en combates cuerpo a cuerpo, el film opta por unir estos con una historia que respete mínimamente una coherencia argumental. Aún así, las posibilidades de esto siguen sin explorarse (la saga de videojuegos”Street Fighter”, por ejemplo, tiene un trasfondo hacia la acción y unos personajes muy ricos que esperan aún la adaptación definitiva) y Anderson aquí lleva la película por aquello que más le interesa: la acción oligofrénica y desenfrenada, aquí más cercana a la parodia. Su tono acerca a la película más al cachondeo y al despiporre que al trasfondo serio; si esto es premeditado o no, habría que preguntárselo a Anderson, pero viendo el tono de su posterior carrera la respuesta parece clara y no juega muy a su favor. Aún así, hay un conjunto de elementos que hacen que “Mortal Kombat” sea vista hoy en día con mucha ingenuidad: la habitual sobreactuación de Cary-Hiroyuki Tagawa, el sinsentido de las apariciones de Lambert (que empezaron aquí a germinar su leyenda de actor-caspa), los efectos especiales que hoy en día parecen venidos de un Spectrum y el halo de exageración extrema que rodea a la película acaban por llenarla de encanto. Como adaptación de videojuego de los primeros 90´s, no podían faltar los agujeros de guión inexplicables (¿Qué pinta aquí el hermano de Liu Kang?), un animatrónico de acojonante sensación (de inquietante presencia sólo comparable al Blanka re-pintado y con peluca del film de Steve E. de Souza) y los one-liners de ineptitud de campeonato. Sí, “Mortal Kombat” puede ser vista a día de hoy como algo denigrante, pero con el encanto de la desmesura fílmica. Y de eso, los 80´y 90´s estaban bien servidos.

http://elgabinetedelreverendowilson.wordpress.com/
Reverendo Wilson
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