¿Para qué engañar? Nunca había reparado en esta película hasta el 22 de enero del 2008.
Que vale, que puede que el hecho de que mucha gente la califique como "película de vaqueros gays", la muerte de Heath Ledger y lo novedoso del tema le confiera cierta popularidad, pero para mí tiene algo más. Algo más fuera de toda calse de calificaciones y etiquetas que rodean a la película.
Las interpretaciones de Ledger y Gyllenhaal, maravillosas y soberbias. El argumento en sí, un soplo de aire fresco a las típicas grandes historias de amor de las películas norteamericanas. Los paisajes montañosos que le otorgan un toque especial al filme. La intachable actuación del resto del reparto. Y etcétera, etcétera, etcétera.
Pues qué queréis que os diga, a mí me gustó. Por todas las razones descritas más arriba, y por el mensaje que yo saco de todo esto: el temor al "qué dirán" puede llegar a ser devastador. Y nos arrepentimos más de lo que no llegamos a hacer que de las acciones que llevamos a cabo.