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España España · Los Realejos
Voto de william muny:
10
Drama América, años 40. Don Vito Corleone (Marlon Brando) es el respetado y temido jefe de una de las cinco familias de la mafia de Nueva York. Tiene cuatro hijos: Connie (Talia Shire), el impulsivo Sonny (James Caan), el pusilánime Fredo (John Cazale) y Michael (Al Pacino), que no quiere saber nada de los negocios de su padre. Cuando Corleone, en contra de los consejos de 'Il consigliere' Tom Hagen (Robert Duvall), se niega a participar en ... [+]
4 de junio de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Un hombre que no pasa el tiempo suficiente con su familia no merece ser llamado hombre”, ¿os suena? Sin quererlo he vuelto a caer en las garras, en el placer que supone dedicar unas líneas a intentar explicar por qué a veces lo divino se mezcla con lo humano, con lo terrenal, deleitándonos con una pieza que bien podría denominarse ‘obra de arte’. No se llama Jesús, sino Francis Ford Coppola y sus esbirros no son apóstoles sino Marlon Brando, Al Pacino, Diane Keaton, James Caan o Robert Duvall. Sí, me refiero a El Padrino (The Godfather, 1972). Un Marlon Brando excepcional, sin límites, desgarrador y único; estereotipo de estereotipos, imitador e imitado. Todo. Se comenta que para prepararse su papel se basó en algunas personalidades mafiosas de principios de siglo, sus movimientos, sus acciones y su forma de hablar. La fuerza interpretativa de James Caan (Sonny Corleone) rompió todos los moldes, al igual que hizo el consigliere y después malogrado abogado de la familia, Tom Haggen (Robert Duvall). Sin embargo, ellos no hubieran llegado tan lejos de no ser por ellas, siempre en un segundo plano, amando sin ser amadas, repudiadas y queridas a la vez, me refiero a Connie Corleone (Talia Shire) y a Kay Adams (Diane Keaton) quienes supieron reflejar perfectamente el papel de la mujer de mediados de siglo. Pero sin duda sería Al Pacino el que cogería el testigo de Brando tras la primera parte. Al dar vida a Michael Corleone, un italoamericano que se enrola en el ejercito convencido de su patria pero, con el tiempo, abandona todas sus creencias para vengar y guiar a su familia convirtiéndose en capo di tutti i capi. Nunca unos ojos habían dicho tanto, una mirada gélida de dolor, de odio pero también de compasión y, en ocasiones, de amor.
Lo sé, llevo un buen rato escribiendo y no he dicho nada nuevo, me dedico a dejar fluir por mi mente imágenes de la película y es como trasladarme a aquella época. Aquellos escenarios tan bien logrados, el vestuario, el guión, el uso de la luz. Incluso puedo olerlo, sentir el golpe de claqueta de Coppola gritando"¡Corten!"Y es que aún recuerdo la primera vez que vi la cinta y pensé: “madre mía, llevo veinte minutos de película y esta boda parece no acabar nunca”. Poco después volví a ver la boda una y otra vez, me trasladaba allí, con los invitados, haciendo una visita al despacho del Don y pidiéndole que matara a los hombres que violaron a mi hija… Si eres de los que aún no han visto la película, no sé que más decir para convencerte. Te haría una oferta que no podrías rechazar pero mejor dile a ese amigo o a ese vecino pesado que siempre te habla de El Padrino que te la deje. Sorpréndele y hazle feliz. Pero no lo hagas por él, hazlo por ti y por el cine. Dale al Play y déjate llevar, seguro que volverás a hablar con tu vecino, pero para pedirle la segunda parte. Él estará encantado de dejártela. Prepárate para la, probablemente, mejor película de la historia ¡Ánimo!
william muny
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