No fue el primer western que se rodó en Europa, pero sí el más importante y el que asentó las bases del género. Además, lanzó a la fama tanto a su protagonista como a su director, que viendo el filón dirigió dos películas más de la que después se llamó la Trilogía del Hombre sin nombre.
Estrenada en agosto de 1964, enseñó a más de uno cómo rodar con poco dinero una obra maestra que además hizo un taquillazo.

Leone propone una nueva forma de rodar, con planos cortos y alargados. Además, para los créditos iniciales apuesta por una curiosa forma de dibujos que también fueron la seña de identidad del nuevo western europeo.