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Voto de Gawyn:
7
6,0
22.018
Drama
Francia, siglo XVIII. El compromiso matrimonial entre el futuro Luis XVI (Schwartzman) y María Antonieta (Dunst) sirve para sellar una alianza entre Francia y Austria. Con sólo catorce años, la ingenua princesa austríaca se ve obligada a abandonar Viena, su familia y sus amigos para instalarse en la opulenta, sofisticada y libertina corte francesa, donde reinan las intrigas y los escándalos. La joven se rebela contra el aislamiento que ... [+]
27 de septiembre de 2007
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues después de semanas de espera, por fin he podido ver la última de la niña mimada de Hollywood. Hasta ahora las dos películas de la Coppola (Las vírgenes suicidas y Lost in Translation) me habían causado una grata impresión y es que su cine era lento, pero bello, regodeándose en la imagen, un poco a lo oriental (otro día hablaré de Kim-Ki Duk). Las vírgenes suicidas era una adaptación de la novela de Jeffrey Eugenides, y me gustó, sin más: pero en Lost in translation, Sofia Coppola logró hipnotizarme; desde entonces estoy enamorado de Tokyo y de Scarlett Johansson - mi amor llegó antes del vestidito ese de los Globos de Oro, i swear-.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Los que esperen encontrar en María Antonieta una película histórica, saldrán decepcionados: apenas se tratan las negociaciones que llevaron al matrimonio entre el Delfín y la Archiduquesa, y los únicos acontecimientos políticos que Sofía nos muestran son el apoyo de Francia a los Estados Unidos en la Revolución Americana (dando con ello una posible explicación del déficit de Francia que exculpa a María Antonieta) y, por pura obligación, la Revolución Francesa. Sin embargo, incluso este hecho vital en la vida de la Reina de Francia se nos presenta a través de sus ojos, que se limitan a advertir cierta agitación en el pueblo, a través de los rumores, y a ser testigo de la llegada de una muchedumbre a Versalles (con una escena bastante ridícula, en la que María Antonieta se inclina ante el pueblo). Ni siquiera los sádicos que esperaban a ver la decapitación de Kirsten Dunst quedarán contentos, puesto que la película acaba con la salida de la reina de Versalles, escoltada por los revolucionarios.
Sólo con el principio y el final podemos hacer una definición de la película: ésta empieza con el viaje de María Antonieta de Austria hacia Versalles, y acaba con la salida de la reina del palacio real. Así pues, tanto como un biopic sobre María Antonieta, la película es un retrato de la vida de la corte francesa previa a la Revolución: Madame du Barry tiene más importancia que Rousseau, Voltaire y Robespierre. Se nos muestran las pasiones, penalidades y caprichos de la corte francesa todo ello ambientado con música pop, recurso que al principio resulta interesante -emparenta a María Antonieta con las adolescentes de hoy, y las juergas versallescas con los jolgorios de los jóvenes occidentales contemporáneos- pero al final me acabó repitiendo, personalmente.
Empecé el artículo llamando "niña mimada" a la Coppola, y esa es la imagen que la directora quiere darnos de la reina francesa: una pobre niña rica, que es simplemente se desliza por el tobogán de su destino real, y que apenas tiene consciencia ni de lo que gasta ni del mal nombre que dejaría en la historia. Coppola tiende a defenderla, cubriéndola de un manto de inocencia, buenos sentimientos e inconsciencia. Quizás tenga razón.
En definitiva, una buena película de Sofía Coppola, que con tres películas parece haber definido un estilo propio, que algunos tildan de vacío; pero en eso radica lo interesante de un estilo: en que no gusta a todos, pero todos saben reconocerlo.
Sólo con el principio y el final podemos hacer una definición de la película: ésta empieza con el viaje de María Antonieta de Austria hacia Versalles, y acaba con la salida de la reina del palacio real. Así pues, tanto como un biopic sobre María Antonieta, la película es un retrato de la vida de la corte francesa previa a la Revolución: Madame du Barry tiene más importancia que Rousseau, Voltaire y Robespierre. Se nos muestran las pasiones, penalidades y caprichos de la corte francesa todo ello ambientado con música pop, recurso que al principio resulta interesante -emparenta a María Antonieta con las adolescentes de hoy, y las juergas versallescas con los jolgorios de los jóvenes occidentales contemporáneos- pero al final me acabó repitiendo, personalmente.
Empecé el artículo llamando "niña mimada" a la Coppola, y esa es la imagen que la directora quiere darnos de la reina francesa: una pobre niña rica, que es simplemente se desliza por el tobogán de su destino real, y que apenas tiene consciencia ni de lo que gasta ni del mal nombre que dejaría en la historia. Coppola tiende a defenderla, cubriéndola de un manto de inocencia, buenos sentimientos e inconsciencia. Quizás tenga razón.
En definitiva, una buena película de Sofía Coppola, que con tres películas parece haber definido un estilo propio, que algunos tildan de vacío; pero en eso radica lo interesante de un estilo: en que no gusta a todos, pero todos saben reconocerlo.