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España España · Barcelona
Voto de Gawyn:
8
Ciencia ficción. Terror. Fantástico. Acción Marte, año 2176. Debido a la superpoblación de la Tierra, el Planeta Rojo se ha convertido en una zona habitada, pero sigue siendo un lugar peligroso. Para colmo, durante una exploración se descubre que una civilización marciana que ha permanecido dormida mucho tiempo, ahora está despierta. En tal circunstancia, un pequeño grupo de policías es enviado a una lejana población minera con la misión de escoltar a un peligroso criminal. (FILMAFFINITY) [+]
26 de abril de 2011
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fantasmas de Marte era hasta el estreno de The Ward, la última obra del maestro John Carpenter. También es su película más arriesgada y personal, con el posible permiso de En la boca del miedo; un film en el que su autor intenta crear una película 100% Carpenter, un poco lo mismo que hizo Peckinpah en Quiero la cabeza de Alfredo García. A todo esto debemos sumarle una estructura tremendamente intrépida, y obtendremos una de las más importantes y significativas obras maestras de John Carpenter.

Estructuralmente, la narración consiste en un gigantesco flashback; lo chocante de esta disposición del film es que dentro de esta narración principal están contenidas otras narraciones, que a su vez contienen más niveles, a la manera de Las mil y una noches. Como podemos observar, Carpenter hace lo que Nolan en Origen, pero sin tantos fuegos artificiales y siendo muchísimo más práctico.

Otro rasgo habitual del cine de Carpenter es su relación con la serie B. En su intento de acercarse todo lo posible a las sensaciones de aquellos films, Carpenter, durante toda su carrera, los ha imitado de forma consciente, incluso cuando era poco razonable por el tamaño de la producción. Esta tendencia se pone al descubierto cuando Carpenter empezó a contar con cierto presupuesto: los films en los que Carpenter dirigió a Kurt Russell son el mejor ejemplo. Pero Fantasmas supera al resto en ambición: al fin y al cabo, aquí Carpenter reproduce todo un planeta. Así, nos encontramos ante 26 millones de dólares invertidos para simular al planeta rojo... gastados en entrañable cartón-piedra.

Fantasmas es, en cierto sentido, un intento por parte de Carpenter de crear su opus magnum, de concentrar en un sólo film todos sus temas. Y el principal, el que le ha acompañado desde su primigenia admiración por Howard Hawks, es el western. Durante su carrera, y a pesar de no haber realizado jamás un western puro, Carpenter los ha versionado en gran cantidad de ocasiones: las dos películas de Snake Plissken, Están vivos, Vampiros, y, por supuesto, su remake de Río Bravo, Asalto a la comisaría del distrito 13. Es esta última película, su primera obra maestra, la que Carpenter rehace en Fantasmas: sólo se substituyen elementos accesorios de la historia, como L.A., que es suplida por una colonia marciana, o los criminales de Asalto, que en Fantasmas son humanos infectados por una misteriosa neblina -que, en otro guiño, recuerda a la de La Niebla-. También aparecen en el film otros temas habituales en Carpenter, como la suplantación o la misoginia.

Por todo esto creemos que Carpenter pensó Fantasmas de Marte como la obra que llevaría al súmmum las constantes de su cine. Pensamos que en un principio la imaginó como su última película, la que nos dejaría como resumen de su cine y su actitud ante la vida. A eso parece apuntar el maravilloso final: la aventura, la amistad, la acción; en definitiva, todo lo que forma parte del cine de Carpenter, durará para siempre. Como sus películas.
Gawyn
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