30 de septiembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película para funcionar tiene que tener unos personajes con los que el espectador se identifique, al margen de que luego tenga un mensaje, de carácter político o de otro tipo.
El problema de esta película es que toda ella es mensaje, todo el tiempo se trata de transmitir un mensaje favorable a los derechos de los homosexuales, y no hay más. No hay más historia.
El gran trabajo de Sean Penn hace que se mantenga el interés a duras penas, pero ni siquiera él consigue evitar que la peli se haga larga, y esto es porque su personaje sólo es un medio para transmitir el mensaje, no es un biopic sobre él,no se muestra su vida al margen de su activismo. Y los personajes secundarios no tienen el más mínimo interés.
Esta historia funcionaría más como documental, documental que verías si te interesa el tema y si no no lo verías, o verías un ratito, pero si vas a ver una película de ficción esperas algo más, el guionista por mucho que le dieran el oscar no tiene porqué suponer que te apasiona el tema, tiene que aportar algo más, y no lo hace.
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