Sin duda se trata de una película notable y original. La intención del director es buena: ofrecer desde una perspectiva diferente el horror de la posguerra española, extrapolable a cualquier otro país que haya pasado por una situación similar. En este sentido, el film es impactante, y logra su objetivo: mover la conciencia del espectador. Sobre todo, este efecto lo consigue gracias al enfoque realista y crudo que realiza, y que tiene su paradigma en el personaje interpretado por Sergi López. Quizá se muestran algunas escenas bastante violentas, escenas que en un principio el espectador no se esperaba encontrar por lo que había visto en la promoción de la película. Pero precisamente esa muestra de la acción tal y como es, sin censuras, es lo que de alguna manera se clava en el espectador y le provoca ese impacto antes mencionado.
Este es el gran acierto de la película, unido a algunas recreaciones en el largometraje, como aquella escena inspirada en un cuadro de Goya: Neptuno devorando a sus hijos.

No obstante, el film tiene también algunas sombras. Por ejemplo, la ligera distorsión que la película hace de la historia. En ella, los maquis aparecen como una opción de cambio, con posibilidades reales de acabar con el régimen. Sin embargo, esto no fue cierto, ya que "los del monte", salvo en algún momento al comienzo de la posguerra, no gozaron de tal situación.

Otro aspecto que tampoco considero que se adecue a la realidad es el de la estética y la fotografía. Por una parte, la indumentaria de los franquistas me recuerda más a la Alemania nazi que a la España franquista. Un aspecto que me chocó bastante es el de las gafas que lleva Sergi López, que parecen más bien futuristas y salidas de Matrix.
Por lo que se refiere a los paisajes, es cierto que la película se desarrolla en el norte de España, pero aún así, no identifico mucho la fotografía con un monte español, sobre todo por lo que se refiere a las escenas fantásticas. En este sentido, son especialmente destacables los monumentos que encuentra la niña en el laberinto: parecen piedras aztecas, lo cual considero que no pega mucho con la historia.

Otro aspecto que tampoco me ha gustado mucho es como se ha insertado la fantasía en la realidad. Considero que los elementos imaginarios en ocasiones se muestran como veraces cuando no lo son, y rozan a veces el infantilismo.

Pero en líneas generales considero que la película logra su objetivo: mover las entrañas del espectador, y también hacerle pensar un poco. Este último elemento creo que supone una verdadera aportación por parte de Guillermo del Toro, ya que aunque algunos no deseen recordar, la historia está ahí y forma parte de nuestro presente. Recordar para entender y entender para no repetir ni los errores cometidos ni las atrocidades que entonces se vivieron.