Vientos de agua es una obra maestra del cine televisivo, desde ya la declaro junto con Okupas las mejores miniseries argentinas y quizás latinoamericanas, porque desde mi punto de vista no he visto algo que las supere, por lo menos en mi continente.

Juan José Campanella, Bruno Stagnaro, Alterio padre e hijo Y Eduardo Blaco consolidaron un proyecto cinematográfico digno de aplausos, sin casi ningún desperfecto, un compromiso tanto en guion, dirección y actuación que quedará en la historia, una miniserie única, con una trama simple sobre dos tramas paralelas pero en conexión, en la que un anarquista en plena época franquista migra de Asturias a la Argentina y después el hijo de este migra a España por la crisis bancaria ocurrido en la Argentina en el año 2001. Ambas historias con diferente estilo de dirección, una muy bien adaptada a la época y una más contemporánea son espectaculares, con un reparto sublime, hay enganche, hay emociones, hay como lo dije mucho compromiso, poniendo en contexto una crítica sutil a lo que es la emigración en todo aspecto.