Supongo que vengo de un mundo empapado por películas occidentales y, cada vez que veo una película que no sea europea o americana, me cuesta entenderla del todo. Podría decir que no, que soy super bohemia y no me cuesta nada ponerme en la piel de otra manera de narrar historias, pero mentiría. Total, que la culpa de que no pueda valorar esta película como quizás se merece es sólo culpa mía.

El argumento de la película es genial. Una historia con tres personajes contada por cada uno de ellos con actos que difieren y se contradicen unos con otros, dejando al espectador como un personaje más que juega a descubrir qué historia es más cierta que otra, y todo contado a través de un personaje externo a la historia que vivió la explicación de cada uno de estos junto a un sacerdote budista.

Cada personaje tiene su simbología, al igual que las imágenes y la música y nos habla de una palabra tan filosófica como la "verdad".