Enchufo el disco duro y con manta en mano y té en boca, empieza la función... Ha sido un día duro y esa canción de inicio de los espléndidos Radiohead y los paisajes desérticos del Líbano me causan una dulce sensación de somnolencia; lo reconozco, me quedo dormido durante un par de minutos.

Pero pese al cansancio, cuando los abro, Incendies me sacude con la cruda realidad y me atrae hacia la pantalla como un poderoso imán, y no solo durante su duración. Consigue dejarme absorto mirando la pantalla en azul del televisor durante un largo lapso de tiempo.

Y es que Denis Villeneuve impacta con su elaborado filme en mí, consigue encogerme escena tras escena el corazón, hasta dejarlo atrofiado cuál garbanzo. Estoy seguro de que ha encogido muchos más... tantos que podría hacerse un hummus (precisamente tan típico de donde está ambientada la pelicula) machacando cada uno de ellos hasta coger un empache.

No quiero excederme en frases, no quiero poner una parrafada alabando esta joya cinematográfica. Tan solo recomiendo verla, vale la pena, es un 10 como una catedral.