Antes de que Gobernator se cepillara el corredor de la muerte de San Quintín, antes de que prohibiera las bodas Gays en California (paraíso para Gays y no Gays) y con los músculos más desarrollado que su acento teutón, Suareznagger andaba por ahí, muy tranquilo. Hasta que llegó un grupo de revolucionarios comunistas y encima hispanos a tocarle la moral secuestrando a su sosita pero preparada (para la vida moderna) hijita.

Toda una parafernalia que nos enseña sus poderosos biceps mientras choricea un poste de teléfono o come un helado con su (sosita) hijita mientras esta le mancha su nariz, o aparaece tras un limpísimo hacha para ser detectada por su musculado papi.

La morenita histérica (por momentos), el general de turno y los soldados de atrezzo componen el resto.

Os recomiendo que la veais en cinta vhs, a ser posible grabada encima de un/una boda/bautizo/comunión y estropeada casi al final por el culebrón de turno o por esa película que daban de madrugada y que programamos para no perdernosla.