Vuelta en cierta medida a los orígenes del personaje, alejado de la guerra, intentando llevar una vida “normal”, pero arrastrando ese dolor, rabia que solo hace falta una chispa para que estalle y joder si lo hace.

El tipo de película cambia en el sentido que ya no está en un campo de batalla, como las anteriores, se convierte en una película de venganza pura y dura. Desatando una violencia cruda sin piedad contra sus enemigos, aquí nadie le ha dado ordenes o una misión que cumplir, es dejar a Rambo desatar su esencia.

Peliculón para los amantes del buen cine de acción adulto que cuesta ver en la gran pantalla. Sin duda un buen cambio de registro a esta saga que deseo que siga dando guerra un poco más.