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España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
9
Thriller. Intriga. Drama Benjamín Espósito es oficial de un Juzgado de Instrucción de Buenos Aires recién retirado. Obsesionado por un brutal asesinato ocurrido veinticinco años antes, en 1974, decide escribir una novela sobre el caso, del cual fue testigo y protagonista. Reviviendo el pasado, viene también a su memoria el recuerdo de una mujer, a quien ha amado en silencio durante todos esos años. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2009
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces se tiene una sensación de plenitud cuando se sale de una sala de cine. Cuando eso ocurre es sencillamente magnífico. En “El secreto de sus ojos” se obtiene esa sensación. En la que yo estuve, al final el público parecía pegado a las butacas. Nadie se quería ir mientras pasaban lentamente lo créditos. Cada cual reflexionaba sobre lo que había visto. Alguno establecería paralelismos con algún aspecto de su vida. Cine, pues, que habla de lo que nos pasa, como quería Lorca que hiciera su mejor teatro.

El guión es sutil hasta lo indecible y sirve para hacer fácilmente comprensible una historia, sin embargo, compleja, en donde el pasado y el presente se entrecruzan, y los personajes rinden cuentas ante ellos mismos y los demás. La dirección de Juan José Campanella es briosa e inteligente, como no podía ser de otra forma. Los actores están sublimes, sencillamente sublimes. Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella… Ni una fisura pues, todo encaja a la perfección.

Poco más habría que decir. Solo ir a verla. Qué pena haberla visto ya…

Pasan los minutos y uno se deleita con los sorbos de la obra maestra, a caballo entre cine de poso romántico y trhiller de investigación policial. Aparece en todo momento una Argentina cotidiana y entrañable en sus excesos, siniestra en su lado oscuro, ese en el que se crían los dictadores, los represores y sus secuaces de medio pelo. Pero también está la otra: la justiciera, la poética, la de las personas que leyeron a Borges a tiempo y se empaparon de su profunda y cercana complejidad. Ahí están sus cafés, sus canchas de fútbol, sus calles enamoradas de un eterno Gardel que no aparece, pero que siempre está poniendo la banda sonora de sus vidas.

No se habla de política, pero la política está. Con sus enredos siniestros, con sus tramas corruptas. Al estar todo eso, es normal que se produzcan desgarradas historias como en donde todo el mundo acomoda sus recuerdos a través de la venganza o del perdón, pero nunca del olvido.

En este cine no hay trucos, ni efectos especiales, ni persecuciones por las calles, ni más sangre que la que circula por las venas de unos personajes que desean ser felices.

Aquí hay historias, personajes y recuerdos. Un cine de seres humanos hecho para seres humanos.
Paco Ortega
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