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España España · cartagena
Voto de togusa79:
7
Animación. Comedia. Musical. Infantil Comedia familiar que narra la historia de unos pingüinos en la Antártida. Para atraer a su pareja los pingüinos deben entonar una canción, pero uno de ellos no sabe cantar, pero es un gran bailarín de claqué. (FILMAFFINITY)
24 de septiembre de 2007
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
George Miller ha vuelto tras 8 años de ausencia al cine (su última peli fue Babe: El Cerdito en la Ciudad) y sorprende a todos con una historia de pingüinos en el formato de la animación. Algunos dirán que este cineasta australiano cuyo prestigio lo ha ganado gracias a su trilogía de Mad Max se ha vuelto loco pero sin duda tras haber escrito las dos pelis de Babe, el Cerdito Valiente y haber dirigida una de ellas, Miller tan solo ha continuado dando su toque (en ocasiones oscuro) al cine familiar con ciertos vaivenes y claroscuros.

Happy Feet cuando la he visto ya venía con el prestigio de haber ganado el Oscar a la mejor peli animada del 2006 y con la bendición de buena parte de la crítica americana que prefería esta historia ecologista de pingüinos cantarines y danzarines en vez de Cars de John Lasseter. Tras ver ambas creo que no hay duda que Pixar sigue sacando años-luz de ventaja al resto de las compañías de animación ya que aunque Happy Feet es una peli bastante divertida y lograda, ni por asomo llega a los grandiosos logros técnicos-artísticos y argumentales de las historia de la Pixar.

Sin embargo, la historia tiene ciertos méritos. Miller le ha dado un carácter bastante cinematográfico a la historia y nos mueve en el mundo de los pingüinos emperadores como si viajáramos encima de una cámara. No busca los planos fijos sino busca dinamismo y ritmo, como su personaje protagonista. Este es el mejor logro de Happy Feet, su dinamismo, sobre todo en la primera parte de la historia donde nos muestran las dificultades de nuestro prota al cantar y como disfruta bailando, pese a que sabe que eso le hará distinto respecto a lo demás. También es loable la intención ecologista de Miller. Está claro que es un alegato pro-naturaleza. "No hay que cargarse el planeta" es lo que nos cuentan, y nos lo venden bien, tal vez demasiado bien.

Pero dicha historia resulta bastante coja por varios motivos. El primero es que es demasiado previsible, el segundo es que sus personajes no terminan de cuajar y ninguno consigue el carisma que le da la Pixar a sus personajes. Ninguno de ellos quedará para siempre en la retina de algún niño o adulto-infantil como yo. El tercero es que aunque la cuestión musical funciona, el resto de géneros cojea y a mitad de narración terminamos por ver que la historia deambula como si fuera un iceberg hasta que termina por derretirse. Esta sensación se agudiza sobre todo en los últimos 15 minutos y toda la frescura de antes termina por desaparecer.

Es una historia que vale la pena ver pero aún en Estados Unidos o en otros lugares (salvo Japón y alguna excepción como Aardman) están muy lejos de los genios de la Pixar
togusa79
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