No por crítico dejaré de ser justo con la película. La cual ha despertado el entusiasmo de muchos quienes aquí escriben sus impresiones, sea porque se trata de una película bélica nacional; rodada en los magníficos escenarios naturales de nuestras maravillosas Islas Canarias (Fuerteventura), con un notable despliegue de medios militares o por que trate de un episodio tan "heroico" como olvidado de la innecesaria intervención española bajo el amparo del ISAF, es decir antes OTAN que ONU en Afganistán. Estas consideraciones no la salvan de lo que realmente es. Y sí, estamos ante una mala película.
Que es a su vez un producto de propaganda descarada a favor del ejército español, los créditos finales de agradecimiento despejan cualquier duda al respecto, y de su papel como actor de primera categoría en las operaciones que la OTAN realiza por todo el orbe.
La naturaleza humanitaria y la justicia de nuestra causa, así como la sempiterna bondad y bonhomía del soldado español, reciben un masaje de hora y media, en la cual no deja de loarse tampoco la bravura de nuestras tropas. Si bien creo que parte de estas virtudes son verdaderas, no son relevantes dentro de un contexto tan complejo y devastador como Afganistán. La película las desvirtúa, haciéndolas inverosímiles junto al resto del mensaje del filme. Dado la impericia y falta de pulso del director, la pérdida de interés de las subtramas desde buen inicio del metraje, la total carencia de tensión parece indicarnos que estamos ante unas maniobras filmadas de cara al público en el día de las Fuerzas Armadas en lugar de ante una película bélica.
El esquematismo de los personajes, apenas esbozados, las malas interpretaciones, la poca credibilidad de los actores, exceptuando a Garrido reafirman la mediocridad de la propuesta.
¿A quién se le puede ocurrir contratar a la ya ignorada Ariadna Gil, conocida separatista catalana de pro (su campaña ha ganado para la causa a Viggo Mortensen) para interpretar a una valiente doctora del ejército español?
Tampoco resiste comparación con la mucho más bella y por supuesto patriota doctora en la vida real.
La fotografía y medios técnicos son más que correctos. No puede decirse lo mismo de su muy poca inspirada banda sonora ni de su uso durante la película. También presenta algunos fallos de montajes, importantes, sobre todo en las secuencias del ataque al convoy.