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Voto de Bloomsday:
8
7,3
307
Drama. Fantástico
En este film, el prestigioso director siberiano nos propone un viaje atemporal e introspectivo a través de la Europa a la que se siente unido, mostrándonos un relato tan impreciso como evocador. (FILMAFFINITY)
30 de enero de 2012
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El sol se ha ido… Pero la tela continúa cálida”.
Memoria–
La memoria transita entre pasado y presente en un único escenario que se actualiza según los objetos, los nombres, etc. Una cualidad bergsoniana que no se dibuja en escalones separados.
El presente y el pasado interactúan en el mismo escenario (sucede en otros cines: "La prima Angélica" o "Synecdoche, NY"). El recuerdo se potencia en su particularidad de narrador que avanza sin flashback por escenarios memorísticos. Paseando en línea recta.
Arte–
La materia creativa tiene existencia autónoma. Al inventar se genera una realidad al margen. Arte como Torre de Babel donde un nombre –Breughel– excede el cuerpo del lienzo y el tiempo de lo cotidiano. Arte como materia global que se renueva en un nivel donde el pasado, paradójicamente, puede anticiparse (como el “flotante villano del pensamiento” del relato "El anticipador" de Morley Roberts, donde los antepasados reviven en el escritor y las ficciones recorren jungianas la imaginación antes de ser escritas).
Constructores de cuadros, ¿quién habita los lienzos?, ¿cómo vivieron? Qué representa la obra de arte, qué porción de existencia diacrónica rescata. La creación contiene todo árbol, todo verano.... El recuerdo del calor como categoría idealizada.
La existencia se filtra en Van Gogh a la manera proustiana de que el nombre evoque una esencia memorística y ontológica que supere la forma orgánica evocada (Combray, Guermantes…). Así la memoria no es solo actualización del pasado, también es actividad creativa.
Arte y memoria–
La memoria–creación como mito de psique colectiva de creatividad humana. Híbrido plural de almas donde memoria y Arte se funden hasta no existir más mundo exterior que el interior.
Pero toda vez es expresado ese mundo interior, se desoculta la esencia de “otra cosa”. Algo se independiza, cristaliza y se derrama entre flujos de otros mundos y el éter de otras obras, miradas y recuerdos.
El sujeto se extravía en un “Ser” más amplio y común que nos circunda. Los siglos pierden tensión en una percepción temporal de una única hoja donde los recuerdos y las obras son lo mismo... Si a través de la memoria bergsoniana descubrimos una temporalidad como escenario único, mediante la sublimación creativa del autor–demiurgo obtenemos una perpetuación artística donde confluyen temporalidades como esos fantasmas de Comala japonés testimoniando un pasado atemporal en "Elegía Oriental".
(And the Oscar ghost to…)
Memoria–
La memoria transita entre pasado y presente en un único escenario que se actualiza según los objetos, los nombres, etc. Una cualidad bergsoniana que no se dibuja en escalones separados.
El presente y el pasado interactúan en el mismo escenario (sucede en otros cines: "La prima Angélica" o "Synecdoche, NY"). El recuerdo se potencia en su particularidad de narrador que avanza sin flashback por escenarios memorísticos. Paseando en línea recta.
Arte–
La materia creativa tiene existencia autónoma. Al inventar se genera una realidad al margen. Arte como Torre de Babel donde un nombre –Breughel– excede el cuerpo del lienzo y el tiempo de lo cotidiano. Arte como materia global que se renueva en un nivel donde el pasado, paradójicamente, puede anticiparse (como el “flotante villano del pensamiento” del relato "El anticipador" de Morley Roberts, donde los antepasados reviven en el escritor y las ficciones recorren jungianas la imaginación antes de ser escritas).
Constructores de cuadros, ¿quién habita los lienzos?, ¿cómo vivieron? Qué representa la obra de arte, qué porción de existencia diacrónica rescata. La creación contiene todo árbol, todo verano.... El recuerdo del calor como categoría idealizada.
La existencia se filtra en Van Gogh a la manera proustiana de que el nombre evoque una esencia memorística y ontológica que supere la forma orgánica evocada (Combray, Guermantes…). Así la memoria no es solo actualización del pasado, también es actividad creativa.
Arte y memoria–
La memoria–creación como mito de psique colectiva de creatividad humana. Híbrido plural de almas donde memoria y Arte se funden hasta no existir más mundo exterior que el interior.
Pero toda vez es expresado ese mundo interior, se desoculta la esencia de “otra cosa”. Algo se independiza, cristaliza y se derrama entre flujos de otros mundos y el éter de otras obras, miradas y recuerdos.
El sujeto se extravía en un “Ser” más amplio y común que nos circunda. Los siglos pierden tensión en una percepción temporal de una única hoja donde los recuerdos y las obras son lo mismo... Si a través de la memoria bergsoniana descubrimos una temporalidad como escenario único, mediante la sublimación creativa del autor–demiurgo obtenemos una perpetuación artística donde confluyen temporalidades como esos fantasmas de Comala japonés testimoniando un pasado atemporal en "Elegía Oriental".
(And the Oscar ghost to…)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
…
La subjetividad sigue siendo principio rector de la mirada –no tenemos más perspectiva que la propia– pero si avanzamos lo suficiente sospechamos una presencia superior y holística. Mundos envueltos en filamentos de materia oscura que conectan unas memorias con otras, unos lienzos con otros. Fronteras invisibles como el cristal del jarrón que envuelve al tallo.
Necesariamente, el acceso a esas esencias será la sugerencia porque intentamos desentrañar a partir de signos concretos –cara, carro, palabra– una dilatación en la Historia, la invención o el recuerdo. Una fracción que no abarca la totalidad de esa incorporeidad. El Arte y la memoria la desocultan parcialmente en oleadas clarividentes que duran poco. 47 minutos apenas. En el caso de esta película.
La subjetividad sigue siendo principio rector de la mirada –no tenemos más perspectiva que la propia– pero si avanzamos lo suficiente sospechamos una presencia superior y holística. Mundos envueltos en filamentos de materia oscura que conectan unas memorias con otras, unos lienzos con otros. Fronteras invisibles como el cristal del jarrón que envuelve al tallo.
Necesariamente, el acceso a esas esencias será la sugerencia porque intentamos desentrañar a partir de signos concretos –cara, carro, palabra– una dilatación en la Historia, la invención o el recuerdo. Una fracción que no abarca la totalidad de esa incorporeidad. El Arte y la memoria la desocultan parcialmente en oleadas clarividentes que duran poco. 47 minutos apenas. En el caso de esta película.