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Voto de camargo rain:
10
Ciencia ficción La película de ciencia-ficción por excelencia de la historia del cine narra los diversos periodos de la historia de la humanidad, no sólo del pasado, sino también del futuro. Hace millones de años, antes de la aparición del "homo sapiens", unos primates descubren un monolito que los conduce a un estadio de inteligencia superior. Millones de años después, otro monolito, enterrado en una luna, despierta el interés de los científicos. Por ... [+]
4 de diciembre de 2009
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en la pantalla aparece la palabra "fin", el espectador, por lo general atónito, se pregunta, ¿qué ha sucedido...?, porque el encadenado de acontecimientos, a cual más extraño –aunque todos igualmente atractivos desde el punto de vista visual–, le deja a uno perplejo. Sin embargo, la historia es sencilla: una inteligencia extraterrestre, que tropieza en algún momento del pasado remoto con la Tierra, deja una huella de su paso a modo de firma, la famosa losa negra; los hombres, cuando la descubren (lo que se sitúa en el año 2001, que tiene gracia si vemos las cosas desde aquí, aunque hay que tener en cuenta que la película se hizo en 1968, un año antes de que llegáramos a la Luna), deciden seguirle la pista para ver a dónde conduce.

Tan sobrio argumento, que emana de un cuento de Arthur C. Clarke que se llama "El centinela" (aunque luego, aprovechando el éxito de la película, lo transformó en novela), fue desarrollado por Kubrick hasta el paroxismo, por decirlo de una manera sencilla, y el resultado es, con mucho, una de las más abracadabrantes películas de la historia.

Todo se confabuló en esta cinta para dotarla de la mayor de las fuerzas, como la insistente música (Strauss, Ligetti y unos cuantos más salen allí a relucir), el grandioso espectáculo visual, la sucesión de trucos que dejan desconcertado a quien los contempla (hoy en día estos trucos están muy manoseados, pero en aquellos tiempos no se había visto nunca nada igual, pues los ideó Kubrick), amén de un final que no se sabe si es incomprensible u obedece a una muy filosófica u oculta razón.

Podría hablar de los prehomínidos, nuestros antecesores africanos de hace un millón de años (a quienes dieron vida una compañía de ballet), o de las cósmicas danzas de naves espaciales acercándose a sus puntos de destino; de HAL, el superordenador que comanda la nave que va a Júpiter –y está aparentemente vivo–, o de las mil y mil anécdotas que surgieron durante el rodaje de esta ingénte y mayúsucula superproducción, anécdotas que luego se han citado hasta la saciedad..., pero no lo voy a hacer. Diré tan sólo que el contenido de la película es difícil de expresar con simples palabras, y resulta por tanto preferible verla y sacar las consecuencias que cada uno pueda. Les garantizo que, en cualquier caso, no se van a aburrir, pues como todos sabemos, Kubrick era un genio.
camargo rain
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