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España España · Gijón
Voto de Sífrit:
4
Drama. Fantástico. Terror Una remota y misteriosa isla de Nueva Inglaterra en la década de 1890. El veterano farero Thomas Wake (Willem Dafoe) y su joven ayudante Ephraim Winslow (Robert Pattinson) deberán convivir durante cuatro semanas. Su objetivo será mantener el faro en buenas condiciones hasta que llegue el relevo que les permita volver a tierra. Pero las cosas se complicarán cuando surjan conflictos por jerarquías de poder entre ambos. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2020
567 de 828 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pena observar un despliegue visual francamente espectacular, con una buena fotografía, encuadres medidos al milímetro, unidos a una interpretación de altísimo nivel de Willem Dafoe, al servicio de un contenido tan idiota. Se entiende bien qué tipo de modelo quiere seguir la película, desplegar un duelo minimalista entre dos personajes mientras el protagonista se desintegra en un descenso hacia la locura y el terror, blabla... en forma y fondo parece remitirse a cierto cine nórdico clásico, en particular a Persona o La hora del lobo de Bergman, en cierta forma también a Vampyr de Dreyer. La pega de su preciosismo visual viene por esa parte, se nota que el director habla antes a través de homenajes a sus ídolos que mediante un lenguaje propio que resulte realmente necesario, indisoluble del carácter de la historia.

Dejando esto aparte, es sin duda esa historia, que a priori parece prometedora, la que no tarda en perder pie en un mar alborotado de escenas lisérgicas que mezclan símbolos y metáforas desordenadamente, entremezcladas con diálogos entre los dos antagonistas que constantemente hacen dudar de la verosimilitud de ambos personajes. Por lo general, no entendemos muchas de sus decisiones, ni por qué dicen o no dicen esto o aquello; todo, diálogos, enfrentamientos y símbolos parecen arbitrariamente desperdigados sobre la trama, simplemente acumulados y progresivamente concentrados, dedicados a buscar la imagen impactante o a subrayar la atmósfera pero rara vez a tejer la historia. La elección misma de los símbolos parece un tanto desconectada de historia y personajes, da la impresión de que el guionista buscó motivos que casasen con una isla desierta, y por ello acumula imágenes de sirenas, tentáculos y gaviotas como amenazas inconexas sin ton ni son. También el uso pretendidamente metafórico de la lucha del personaje de Pattinson por alcanzar la luz del faro que le niega Dafoe resulta bastante postizo, al final bastante pueril.

Por ello, a pesar como digo de una magnífica labor de cámara y de Willem Dafoe que compone un personaje realmente inquietante, es difícil acompañar a Pattinson en su degradación psicológica con la debida implicación, todo lo que ocurre va pareciendo progresivamente aleatorio y buscando solo el efecto terrorífico sin apenas coherencia interna.

Al ver las reseñas me ha recordado mucho al fenómeno en torno a Midsommar, otra reciente película adscrita por la crítica, siempre ávida de este tipo de cosas, a una suerte de nueva escuela del terror psicológico, elaborada con gran dominio técnico y demasiado preocupada por demostrarlo, pero a la postre con muy poco que contar. En todo caso, El faro me parece más digna y rodada con más talento.
Sífrit
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