Pantalla en negro. Escuchamos una vez más las últimas y desesperadas llamadas por móvil de quienes van a perder inmediatamente la vida un 11 de septiembre. No necesitamos imágenes. A continuación, ya con imágenes, nos indican que han pasado dos años desde entonces. Un brillante arranque para contarnos la búsqueda, caza y ejecución del líder de al-Qaeda, Osama bin Laden. Una historia que, aunque ya conocido su desenlace, se desarrolla con el buen pulso narrativo de la realizadora Kathryn Bigelow, experta en cine de acción y, aunque sea una mujer, un cine predominantemente masculino. Es también, en mi opinión, su mejor trabajo hasta la fecha y con una media hora final --que tiene por título "Los canarios", haciendo referencia al vuelo de los helicópteros hacia la residencia oculta de bin Laden en Pakistán-- realmente de sobresaliente.

Dentro de lo que podría llamarse cine periodístico y documental, la película va acumulando datos (puede que no todos necesarios) para reconstruir los hechos que ocurrieron entre el atentado quizá más brutal de la Historia y la eliminación del líder terrorista más buscado. En este sentido el montaje es muy hábil al jugar con el tiempo durante la década trascurrida entre ambos acontecimientos. No es, como se podía prever, una película de personajes, entre los cuales sólo destaca uno: la agente de la CIA Maya, a quien da vida una extraordinaria Jessica Chastain por el que fue nominada al Oscar. Aparte de ser una historia nada maniquea (las víctimas y los torturados merecen el mismo respeto de un lado u otro), nunca pierde interés la evolución de esta mujer, tímida e inexperta al principio, con una nada disimulada repulsión hacia los métodos de sus colegas torturadores ("Si me mientes te haré daño") , y que termina siendo segura y obsesiva, convirtiendo la caza del terrorista en un asunto personal.