Eso es lo que ocurre cuando termina esta película. Te quedas pensando..

Una obra deliciosa llevada con un tempo exquisito, que te va sumergiendo poco a poco (valga el símil con lo que le ocurre al protagonista) en una historia de comienzo simple y tópico, a una historia agónica, densa, en que nada es lo que parece en un principio.

Un joven al comienzo de su vida madura, en un verano que resulta una encrucijada, y que dependiendo del camino que escoja se convertirá en una persona u otra, en una vida feliz o una vida amarga...

Excelente reparto, con un Fernando Ramallo en un papel que le viene como anillo al dedo, aunque no es él quien más destaca, siendo Paz Gómez (con una dulzura desbordante que hace aun más dura la historia) la que encandila. Destaca también Roberto Hoyas, bordando el papel de ese hermano mayor enigmático, al que te quieres parecer y no te cae bien por igual, sin saber muy bien por qué ninguna de ambas cosas.

Y es que resulta que todos hemos pasado por ese punto, por esa encrucijada, y poco a poco vamos viendo el resultado que nos dió el haber elegido cierto camino y no otro. Esta película es un fiel reflejo de la vida real, de esas historias que a todos nos pasan, o cuando menos, hemos oído decir de alguien que le ha pasado.

Y terminas de ver la película y te queda un nudo en el estómago, pensando porqué eligió así, pensando porqué elegí así, pensando...