Cuesta conectar con todo ya desde el principio, como si la película atendiera al espectador detrás de una ventanilla, guardando las distancias. Para empezar no se siente nada ante los asesinatos (dolorosos y escabrosos, en teoría), porque sugieren de todo menos sufrimiento, de los que te llega más la forma higiénica con que son presentados por el asesino que el horror que padecieron sus víctimas.

Los personajes son auténticos desconocidos, más allá de su presencia física. Y todavía más sus relaciones, que son las que nos muestran, como podrían haber sido las contrarias, porque en ningún momento las vemos crecer, formarse. Y la trama es igual de compleja que la resolución de una solicitud administrativa, no sabes quien la va a resolver ni en qué sentido, como si fuera algo que dependiera de aspectos que nada tienen que ver con lo que estamos viendo. Así la trama salta de unos personajes a otros sin solución de continuidad, sin que el espectador pueda seguir las pesquisas o elucubraciones de los protagonistas, dejándolos y retomándolos sin orden ni concierto. Tampoco hay forma de entender las pretendidamente reveladoras referencias históricas o simbólicas, que ahora son unas y al rato otras distintas, todo expuesto de una manera tan fría, tan aséptica, que acaba por dar igual. Y psicológicamente, carecen de fundamento tanto las motivaciones como la personalidad del "malo de la película", porque no trasmite nada, ninguna emoción, ninguna particularidad. En definitiva: no conecta con el espectador casi en ningún aspecto, especialmente en un final que parece anticlimático (tampoco es original, un mal disimulado plagio de distintas cintas norteamericanas), por más que formalmente se presente como agónico.

Lo mejor es su resolución formal, donde destacan las persecuciones, por más que tampoco aporten nada a la trama. Pero están muy bien rodadas, con un gran dominio espacio temporal, bien sincronizadas, dando una sensación de realidad de la que carece todo lo demás.

Concluyendo, todo transcurre como si estuviera predeterminado de antemano, con unos protagonistas que no reaccionan ante unos estímulos presentes, dando la impresión de que no les sorprenden. Además, la película no se preocupa de compartir toda la información con el espectador, que se entera de todo mal y tarde. O ni eso, como lo relativo a un aspecto que afecta al pasado del protagonista, que en un momento parece algo crucial y después desaparece por completo de la trama.