Era un tres de febrero. Día de la tortilla (celebración típica de mi pueblo) que iba a pasar con mis amigos y con Raquel, la chica que por aquel entonces a mí me tenía loco. Tras una tarde entretenida en el campo, nos quedamos cuatro amigos sin saber qué hacer: dos de ellos, por aquel entonces pareja, Raquel y un servidor. Decidimos ir al cine y ver esta, por elección de la propia Raquel.

Tras muchos días de tonteo, a los treinta minutos de película me atreví a darle un beso a Raquel. Eso derivo en otro, y luego en otro más. Así hasta que acabó la película.

Ver esta película derivó en ir a ver otra, y luego otra, y luego otra más...cuatro meses de noviazgo precioso (acabó con nosotros como dos personas que, a día de hoy, seguimos teniendo contacto y nos llevamos ciertamente bien), el primero de unos cuantos que he tenido ya.

Por tanto, y sin realmente haberla visto...me digno a ponerle 4 puntos por cada uno de los bonitos 4 meses de amor que empezaron con esta película no-vista.