Un día Ridley Scott se tragó todas las películas épicas que tenia en su biblioteca (de muchos arcos y muchas flechas y así), y decidió poner en su peli todos los tópicos, estereotipos y lugares comunes que encontró en ellas . De esta manera decidió que en su obra:
-los buenos van a ser muy buenos y los malos muy malos.
-la historia de amor va a ser absolutamente predecible y además todo lo ridícula que me salga.
-la prota va a ser así como muy echada para alante, nada de princesita desvalida que eso está muy visto.
-va a haber una escena final en la que el malo muy malo desvela al bueno muy bueno sus fechorías para encabronarle aún más.
-el rey (que es un cabrón) se pega revolcones con una francesita mientras su legítima esposa llora de desamor en el pasillo.
-en la fiesta medieval va a haber mucha gente bailando frenéticamente y además los compañeros del prota van a pillar cacho.
-¿lo he dicho antes?en la peli todos tienen que ser o muy buenos o muy malos, no me valen los términos medios.

En fin, que así suecesivamente.
Lo que más me ha decepcionado del film, a parte de los numerosos clichés y topicazos, ha sido el tonito infantiloide y ligero que se le ha dado. En mi opinión no es una película ni seria, ni honesta, ni adulta. "Esto parece para niños de ESO" me dijo mi compañero. Y eso era exactamente lo que parecía.
He leído por ahí algo sobre 300:
Pues bien, 300, con todos sus efectos visuales de videojuego y estética cómic, me parece una película épica mil veces más dura, sincera, brutal y adulta que este quiero y no puedo de Ridley Scott.

Lo salva de la quema la magnífica recreación de la Edad Media (en eso Scott es un experto), y la magnética presencia de Russel Crowe. Pero vamos, que me la podía haber ahorrado.