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Voto de electricchairman:
9
7,2
22.962
Thriller. Cine negro
Texas. Una joven casada y muy seductora cae en brazos de Ray, uno de los empleados de su marido. Enterado por un detective privado de la infidelidad de su mujer y obsesionado por la traición, Julian se decide a preparar el asesinato de ambos. (FILMAFFINITY)
30 de julio de 2008
36 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escribir sobre “Blood Simple” en FilmAffinity es un hermoso comienzo. Es mi “bautismo” en este portal, tal y como lo fue en el cine la primera película de unos creadores que para mí son fundamentales. Comenzaron a hacer cine en los años ochenta, cuando empecé a tener conciencia cinematográfica y cuando desarrollé mi gusto por el cine. He visto prácticamente todas sus películas y ninguna de ellas me ha disgustado (pese a que alguna supuso una ligera decepción). Todo lo contrario: la mayor parte de ellas me entusiasman, y en particular las que se acercan al género que creo que mejor dominan: el negro o thriller. Porque quienes disfrutamos con sus películas, sabemos muy bien la personalísima lectura que hacen del género, y el magnífico aderezo en clave de humor que impregnan muchos de los fotogramas. Esto es lo que ofrece “Blood Simple”: una historia de adulterio, celos, avaricia y crimen, que en manos ajenas hubiese podido dar lugar a un bodrio pero que en el caso que nos ocupa se convierte en un exquisito ejercicio cinematográfico.
“Blood Simple” es un modelo dentro del propio cine de los Coen, y también un modelo de hacer buen cine: contar historias usando una narrativa milimétrica, desmontar tópicos desde los mismos tópicos, manejar los recursos de los que se dispone para conseguir un producto de calidad, construir imágenes que perduran en la retina y se visionan con gusto una y otra vez. No es la primera película que vi de su filmografía, pero me ilusionó mucho ver su primera creación, y comprobar que todo lo que había leído y comprobado por mí mismo era cierto. Tuve la suerte, además, de verla en gran pantalla, gracias a la valentía de una sala alicantina que tras su primer cierre por motivos económicos trató de orientar sus proyecciones hacia el cine de calidad atemporal y no a los estrenos. Y en versión original, todo un milagro por estas tierras y una verdadera delicia tratándose de un reparto en el que destacan unos actores y actrices no demasiado conocidos (muchos son secundarios de solvencia y capacidad sobradamente reconocida) que trabajan dejándose (o metiéndose en) la piel en (de) los personajes.
“Blood Simple” es la declaración de intenciones de unos tipos que se nota que disfrutan haciendo películas. Si todas las personas que se dedican a hacer películas hiciesen lo mismo, si el cine no fuese también industria, no tendríamos lo que habitualmente tenemos. No, tendríamos mucho más. Habría cantidad de películas buenas y eso, como todo, entraría en el terreno del exceso. Y bien sabemos que los excesos pasan factura. Qué lástima.
Vean “Spoiler” por favor.
“Blood Simple” es un modelo dentro del propio cine de los Coen, y también un modelo de hacer buen cine: contar historias usando una narrativa milimétrica, desmontar tópicos desde los mismos tópicos, manejar los recursos de los que se dispone para conseguir un producto de calidad, construir imágenes que perduran en la retina y se visionan con gusto una y otra vez. No es la primera película que vi de su filmografía, pero me ilusionó mucho ver su primera creación, y comprobar que todo lo que había leído y comprobado por mí mismo era cierto. Tuve la suerte, además, de verla en gran pantalla, gracias a la valentía de una sala alicantina que tras su primer cierre por motivos económicos trató de orientar sus proyecciones hacia el cine de calidad atemporal y no a los estrenos. Y en versión original, todo un milagro por estas tierras y una verdadera delicia tratándose de un reparto en el que destacan unos actores y actrices no demasiado conocidos (muchos son secundarios de solvencia y capacidad sobradamente reconocida) que trabajan dejándose (o metiéndose en) la piel en (de) los personajes.
“Blood Simple” es la declaración de intenciones de unos tipos que se nota que disfrutan haciendo películas. Si todas las personas que se dedican a hacer películas hiciesen lo mismo, si el cine no fuese también industria, no tendríamos lo que habitualmente tenemos. No, tendríamos mucho más. Habría cantidad de películas buenas y eso, como todo, entraría en el terreno del exceso. Y bien sabemos que los excesos pasan factura. Qué lástima.
Vean “Spoiler” por favor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
-Ray: ¿Quién era?
-Abby: Él.
-Ray: ¿Quién?
-Abby: Mi marido.
-(risa incrédula de Ray).
Esta escena, en la que el pobre Ray recibe la noticia de una "nueva resurrección" del adúltero marido de Abby, es, en mi opinión, la clave de toda la película, el momento en el que todo espectador que haya sobrevivido a las trampas del argumento y haya tratado de "comprender" qué clase de embrollo nos han montado, se da cuenta de que asistimos a la odisea de unos personajes sumidos en una tragedia cotidiana (sí, ya en los años ochenta sucedía esto): la falta de comunicación entre las personas. Y a estas alturas, ya casi completada la primera década del siglo XXI, por mucha red de redes y telefonía celular, seguimos inmersos en un modelo de sociedad, la occidental para no irnos muy lejos, en el que la comunicación real entre las personas sigue siendo prácticamente nula, como mínimo en los asuntos más importantes y en los momentos más cruciales de nuestras vidas.
Los Coen comenzaron con brío su carrera, y lo hicieron analizando una de las constantes de muchos de sus filmes: el cuasi-autismo psicopático de los personajes de sus historias más negras. Esta película tiene, posteriormente, tres revisiones, en cuanto a temática, hechas por ellos mismos: "Fargo", donde incluso dentro de la familia no hay lugar para el entendimiento, y en la que la cegadora estupidez de ciertos personajes se hace más patente; "No Country For Old Men", en la que rizan el rizo respecto a lo ya comentado: el asesino encarnado por Bardem simbolizaría el tótem de este arquetipo, el incomunicado por excelencia, el ser más solitario (y a la postre exterminador) sobre la faz de la tierra. No olvidemos “The man who wasn’t there”, en la que con otros colores, otra época, un estilo más refinado y poético (¿fantástico?), nos pintan la misma patología dentro de un colectivo social, narrada por el propio protagonista, el más silencioso de todos.
En las cuatro, los Coen reflexionan sobre este gravísimo problema social que amenaza con volvernos a todos idiotas, de manera que acabemos liquidándonos unos a otros cuando ya no sepamos "descifrar" el sentido de lo que un semejante hace, y veamos amenazada nuestra vida con cualquier movimiento o expresión facial que no comprendemos y no nos de la gana esforzarnos en comprender. Estas cosas suceden en "Blood Simple", y es la irónica manera que los Coen tienen de avisarnos de lo mal que están las cosas en América* y lo fácil que es derramar sangre cuando se sacan las cosas de quicio, la que lleva este film al ático de la calidad.
* No digamos en el mundo: también, al principio, cuenta irónicamente en off el detective que en Rusia cada uno va a lo suyo...”el mundo está lleno de quejicas”; genial, a todas luces.
-Abby: Él.
-Ray: ¿Quién?
-Abby: Mi marido.
-(risa incrédula de Ray).
Esta escena, en la que el pobre Ray recibe la noticia de una "nueva resurrección" del adúltero marido de Abby, es, en mi opinión, la clave de toda la película, el momento en el que todo espectador que haya sobrevivido a las trampas del argumento y haya tratado de "comprender" qué clase de embrollo nos han montado, se da cuenta de que asistimos a la odisea de unos personajes sumidos en una tragedia cotidiana (sí, ya en los años ochenta sucedía esto): la falta de comunicación entre las personas. Y a estas alturas, ya casi completada la primera década del siglo XXI, por mucha red de redes y telefonía celular, seguimos inmersos en un modelo de sociedad, la occidental para no irnos muy lejos, en el que la comunicación real entre las personas sigue siendo prácticamente nula, como mínimo en los asuntos más importantes y en los momentos más cruciales de nuestras vidas.
Los Coen comenzaron con brío su carrera, y lo hicieron analizando una de las constantes de muchos de sus filmes: el cuasi-autismo psicopático de los personajes de sus historias más negras. Esta película tiene, posteriormente, tres revisiones, en cuanto a temática, hechas por ellos mismos: "Fargo", donde incluso dentro de la familia no hay lugar para el entendimiento, y en la que la cegadora estupidez de ciertos personajes se hace más patente; "No Country For Old Men", en la que rizan el rizo respecto a lo ya comentado: el asesino encarnado por Bardem simbolizaría el tótem de este arquetipo, el incomunicado por excelencia, el ser más solitario (y a la postre exterminador) sobre la faz de la tierra. No olvidemos “The man who wasn’t there”, en la que con otros colores, otra época, un estilo más refinado y poético (¿fantástico?), nos pintan la misma patología dentro de un colectivo social, narrada por el propio protagonista, el más silencioso de todos.
En las cuatro, los Coen reflexionan sobre este gravísimo problema social que amenaza con volvernos a todos idiotas, de manera que acabemos liquidándonos unos a otros cuando ya no sepamos "descifrar" el sentido de lo que un semejante hace, y veamos amenazada nuestra vida con cualquier movimiento o expresión facial que no comprendemos y no nos de la gana esforzarnos en comprender. Estas cosas suceden en "Blood Simple", y es la irónica manera que los Coen tienen de avisarnos de lo mal que están las cosas en América* y lo fácil que es derramar sangre cuando se sacan las cosas de quicio, la que lleva este film al ático de la calidad.
* No digamos en el mundo: también, al principio, cuenta irónicamente en off el detective que en Rusia cada uno va a lo suyo...”el mundo está lleno de quejicas”; genial, a todas luces.