Es una película sencillamente genial, el amor que le tomas a cada uno de los personajes ya de por si emotivos es enorme. Emociona hasta a un témpano de hielo. El quijotesco personaje de Chano consigue integrarse en un mundo de estudiantes jóvenes con sus locuras y sus fiestas y logra ocupar un hueco en la vida de los adolescentes que le acompañan a clase como también logra ocupar un lugar en el corazón del espectador. Los personajes principales transmiten mucho y los secundarios, no menos importantes, hacen de la historia una comedia agradable en la que las risas y las lágrimas se mezclan de manera genial.
He salido emocionada y como yo más de una persona hemos tenido que tirar del cleenex porque las penas están presentes como si de una vida real se tratase. Chano, ese viejo y entrañable quijote, que no lucha contra molinos sino que lucha enseñando a sus adoloscentes compañeros de clase a querer y ayudar.