La Disney imita a Pixar rompiendo los moldes clásicos de la las películas de animación para todos los públicos incluso a costa de burlarse de otras producciones suyas.
Zootropolis es una amena fabula sobre el valor del esfuerzo, el no rendirte nunca ante la adversidad y sobretodo, contra los prejuicios, que tan en auge están estos días.
No se oculta en ningún momento que el objetivo de esta película es enseñar a los más pequeños (y posiblemente a algún adulto olvidadizo) que la vida no es en blanco y negro, ni se puede dividir en buenos y malos puesto que hay muchos matices alrededor de cada individuo como para que un juicio rápido lo etiquete de por vida. Puede que esto suene demasiado complejo como para ponerlo en una película orientada a todos lo públicos, mas no es así, ya que la forma de transmitirlo es con un seguimiento de la evolución del personaje principal (la conejita policía Holly) a través de su vida en la gran cuidad y como se enfrenta a la intolerancia de los que la rodean superando prejuicios y ayudando a los demás a superarlos.
Temas como el bulling, el sexismo o la in-adaptación social entran perfectamente en el mundo de colores de Disney sin que se pierda en ningún momento el objetivo de la historia.
"La vida no es un eslogan de una pegatina, la vida es complicada" es un gran moraleja de esta fábula que trata de enseñarnos tolerancia en un mundo cada vez más globalizado y multicultural.