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Voto de PUERTAOSCURA:
3
Fantástico. Terror. Acción Durante siglos, dos razas han ido evolucionando en las profundidades de la Tierra: los aristocráticos y sofisticados vampiros y los brutales hombres-lobo (Lycans), cuya existencia siempre había formado parte del mundo de los mitos y las leyendas. Estas razas nocturnas son enemigas mortales y están condenadas a vivir en perpetua guerra hasta que sólo una de ellas sobreviva. En medio de este conflicto ancestral, una Guerrera Vampiro, ... [+]
5 de octubre de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine <<paravampírico>>
Cierta estética Fin de Siglo, oscura y amanerada, con halos góticos, sirve de ambientación y marco para esta secta de vampiros monárquicos, cuyos cuarteles generales son grandiosas mansiones provistas de alta tecnología y confort. Gruesos cortinajes de terciopelo, pilares flamígeros, escaleras barrocas, alfombras dieciochescas, cristaleras modernistas…todo un himno al pastiche. Estos vampiros ya no suelen dormir en ataúdes, sino convenientemente ocultos de los rayos solares dentro de estos espacios. el monstruo está, vive cómodamente integrado en el contexto del espectador, es <<el bueno>>, el reflejo bienpensante y acomodaticio de nuestras leyes y costumbres, un espejo sobre nuestro vivir cotidiano en clave mítica y ambientación luctuosa. En Underworld hay monstruos buenos y monstruos malos que luchan entre sí, mientras que el humano es un ser que no incide en la acción de los acontecimientos, solo sufre, ignorante, pusilánime, los embates de esas fuerzas que dominan subterráneamente nuestro mundo vampirizado. En Underworld los no-muertos se comportan como una secta gnóstica que busca su destino como elegidos al margen de los humanos, no buscan ya formar adeptos, sino limitar su estructura a un sistema vampírico <<sostenible>> que la secta de los rebeldes licántropos pone en perpetuo peligro. Desgraciadamente <<el otro lado>> inunda nuestra perspectiva de espectador y nos hace perder el miedo. El terror pasa a segundo plano, y habría que hablar más de historias o filmes de temas vampíricos, o <<paravampíricos>>, pero no de terror. Y eso es, a mi entender, otro de los motivos que hacen tan <<terroríficamente flojo>> este pretencioso filme de videoconsola.
Volvemos a ver cambios provocados en la pirotecnia de los no-muertos: los chupasangres usan armamento con balas de plata para los licántropos, y estos, a su vez, lanza-estacas automáticos contra aquéllos, etc., en una carrera armamentística que resta importancia al valor de la dentellada de las décadas anteriores. Ya no como arma de ataque, sino como símbolo de una animalidad arcana, todavía se reservan sus mandíbulas como instrumento sagrado y solemne de conversión al nuevo estadío vampírico. Quizá con el tiempo estas criaturas dejen de tener dientes y se críen también en probetas o bolsas llenas de huevos, como veremos en Van Helsing… Y es que su evolución le aproxima a una segura decadencia de la especie: el monstruo ya no está en la cima de la pirámide depredatoria; no es ya la fiera, sino una fiera más, un ser tan vulnerable como cualquier otro de los que pueblan la noche; y solo quizá el nuevo monstruo, el vampiro-lobo, sea el que venga a regenerar la línea genética con toda una gama de nuevos super-poderes. Darwinismo, hibridación y fin trágico para la estirpe de este monstruo contemporáneo, el vampiro, que puede que no sobreviva al nuevo siglo.
PUERTAOSCURA
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