La observación de las conductas humanas, siempre me ha parecido interesante y nos encontramos con tantas y tan diversas como personas a las que conocemos, o creemos conocer. Las pérdidas siempre son dolorosas y las separaciones lo son, pocas son civilizadas y respetuosas y aún en estos casos duelen. El dolor no es gracioso como tampoco lo es ver cómo dos personas que han compartido proyectos, ilusiones y amor se esfuerzan en hacerse daño mutuamente, y dado que conocen los puntos débiles del otro, dando donde más duele.
Tiene muchas circunstancias que todos hemos oído o vivido sin olvidarse de las amistades, esas almas samaritanas, que dan consejos ya sea para malmeter y/o animar según sus experiencias vividas.
Buena interpretación, situaciones reales, todo hubiera sido mejor si no se hubiera intentado hacer reír, porque, la verdad, no tiene ninguna gracia.