En 2007 Quentin Tarantino y Robert Rodriguez llevaron a cabo una de las mejores ideas del cine reciente, la de resucitar un estilo de películas que no se pueden considerar ni de serie B, porque aún son mas cutres que eso, y homenajear así un concepto que tenía su refugio en algunas salas norteamericanas allá por los años 70.

Precisamente en aquellos cines en los que encontraban acomodo, eran los conocidos como Grindhouse, espacios que ofrecían esa películas habitualmente en programas dobles, casi todas de orígen europeo, - se proyectaban incluso sin subtitular - exhibidas en una calidad lamentable y de marcado caracter violento, muchas de ellas gore.

Tarantino y Rodriguez han conseguido que el Grindhouse sea un nuevo género, muy reconocible, toda una declaración de intenciones, de la misma feliz idea de pensar en los largometrajes, "Planet Terror" y "Death Proof", ambos realizadores ampliaron de forma brillante la apuesta rodeándolas de falsos trailers, de uno de estos, surge "Hobo with a Shotgun", film que nos reconcilia de nuevo con el proyecto despúes de la terrible decepción que supuso "Machete" de Rodriguez.

Hobo es una pasada, un frenesí visceral, tan bruta que el término se queda corto, toda una sorpresa que además es un sincero homenaje a esas películas de justicieros tan de moda en los años 70 y 80 - Charles Bronson que estes en los cielos -, su director Jason Eisener ha asimilado con absoluta fidelidad el concepto y no ha dudado en mostrarla de forma tan gráfica como la história requería, no solo en los visual, desmusurada y excesiva, también en su lenguaje soez y desproporcionado.

Advertir que acercarse a ella requiere precaución, puede herir sensibilidades de espectadores incautos, se recomienda verla en grupo, sin duda que potencia sus virtudes.
Mención especial para un Rutger Hauer implicado y soberbio, para aquellos que le habían enterrado antes de tiempo, este mítico actor de culto nos regala un personaje para el recuerdo.

Toda una gozada, habrá que seguirle la pista a Eisener, si no se descuida y con Tarantino cerca, el futuro para el Grindhouse parece asegurado, aquellos que lo devoramos de forma tan feroz, estamos de enhorabuena.