US 
Canadá 
México 
España 
UK 
Irlanda 
Australia 
Argentina 
Chile 
Colombia 
Uruguay 
Paraguay 
Perú 
Ecuador 
Venezuela 
Costa Rica 
Honduras 
Guatemala 
Bolivia 
Rep. Dominicana
Voto de alcaide:
73.159
Comedia. Aventuras
Gustave H. (Ralph Fiennes), un legendario conserje de un famoso hotel europeo de entreguerras, entabla amistad con Zero Moustafa (Tony Revolori), un joven empleado al que convierte en su protegido. La historia trata sobre el robo y la recuperación de una pintura renacentista de valor incalculable y sobre la batalla que enfrenta a los miembros de una familia por una inmensa fortuna. Como telón de fondo, los levantamientos que ... [+]
30 de marzo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Por su ritmo descontrolado, lleno de rebosante energía, en el universo Andersoniano todo obedece a su propio código, un estilo que tras ocho películas, ha alcanzado indudablemente su punto álgido.
- Por el brillo estético y visual, una constante en la obra del director, y que como siempre, resulta tan excesivo como deslumbrante.
- Porque el guión, firmado por Anderson esta vez prácticamente en solitario, está esbozado para mofarse de las convenciones formales y la falsa distinción y delicadeza europeas, y para ello, nada mejor que retroceder a los años 30 del siglo pasado, la mejor forma de intensificar su mensaje de rabiosa modernidad.
- Porque atendiendo al punto anterior, resulta ser más de lo que aparenta, es un film valiente, inteligente y emotivo, y posee hallazgos tales como el uso de un lenguaje propio, bastante soez por momentos, en una extraña comunión con la elegancia que intentan mostrar sus personajes, lo que transporta hábilmente la obra a terrenos de la mejor farsa.
- Por Ralph Fiennes, reinventado como interprete en la piel de M. Gustav, un personaje para el recuerdo, construido con convicción, la prueba que demuestra que el talento no se pierde, basta con saber adaptarlo al medio adecuado.
- Porque ya que hablamos de actores, el reparto es espectacular, están todos los habituales del realizador, y sorpresas como la de Harvey Keitel, caracterizado como un delirante presidario multitatuado. Atención especial merecen también Willem Dafoe, en un papel a su medida, y F. Murray Abraham, espléndido como anfitrión de este gran Hotel.
- Porque técnicamente es un regalo, su puesta en escena es tan minuciosa como impecable, y la B.S.O de Alexander Desplat es perfecta, todo un regalo.
- Y finalmente, porque hay pocas miradas tan limpias como la de Wes Anderson, ese geniecillo que se niega a crecer, y que convierte su cine en toda una experiencia para los sentidos, si perteneces a la corriente de creyentes que disfruta con su peculiar estilo, no puedes faltar a la cita.
> Lee esta crítica, y muchas más, en Fusion-Freak.com <
- Por el brillo estético y visual, una constante en la obra del director, y que como siempre, resulta tan excesivo como deslumbrante.
- Porque el guión, firmado por Anderson esta vez prácticamente en solitario, está esbozado para mofarse de las convenciones formales y la falsa distinción y delicadeza europeas, y para ello, nada mejor que retroceder a los años 30 del siglo pasado, la mejor forma de intensificar su mensaje de rabiosa modernidad.
- Porque atendiendo al punto anterior, resulta ser más de lo que aparenta, es un film valiente, inteligente y emotivo, y posee hallazgos tales como el uso de un lenguaje propio, bastante soez por momentos, en una extraña comunión con la elegancia que intentan mostrar sus personajes, lo que transporta hábilmente la obra a terrenos de la mejor farsa.
- Por Ralph Fiennes, reinventado como interprete en la piel de M. Gustav, un personaje para el recuerdo, construido con convicción, la prueba que demuestra que el talento no se pierde, basta con saber adaptarlo al medio adecuado.
- Porque ya que hablamos de actores, el reparto es espectacular, están todos los habituales del realizador, y sorpresas como la de Harvey Keitel, caracterizado como un delirante presidario multitatuado. Atención especial merecen también Willem Dafoe, en un papel a su medida, y F. Murray Abraham, espléndido como anfitrión de este gran Hotel.
- Porque técnicamente es un regalo, su puesta en escena es tan minuciosa como impecable, y la B.S.O de Alexander Desplat es perfecta, todo un regalo.
- Y finalmente, porque hay pocas miradas tan limpias como la de Wes Anderson, ese geniecillo que se niega a crecer, y que convierte su cine en toda una experiencia para los sentidos, si perteneces a la corriente de creyentes que disfruta con su peculiar estilo, no puedes faltar a la cita.
> Lee esta crítica, y muchas más, en Fusion-Freak.com <
