El sueño largamente acariciado por Marvel por fin se ha hecho realidad, "Los vengadores" toman forma en la grán pantalla con un derroche de medios digno de una productora que presume de convertir todo sus proyectos en éxitos rotundos.

La tarea ha caido en esta ocasión en manos de Joss Whedon, creador de la serie de tv "Buffy Caza vampiros", un director con poca experiencia y escaso recorrido que resulta ideal para no sufrir contratiempos y llevar el film por un camino rutinario, sin sobresaltos, desgraciadamente el riesgo no es algo que los productores estén dispuestos a permitir, lo que es una seña de identidad en el cómic, se difumina hasta casi desaparecer en su adaptación cinematográfica.

En esa línea, para llegar a este título, hemos sufrido la innecesaria y casi irreflexiva precipitación de los héroes en forma individual, todo demasiado acelerado, para no perder el tren y poder reunirlos lo antes posible en un solo film, las prisas es lo que tienen, se descuida el aspecto más importante a la hora de hacer cine, las historias son endebles, los personajes resultan planos y la tentación de seguir la corriente del cine de acción moderno, esa que nos lleva a exhibiciones de pirotecnia vacías, acaban lastrando lo que, teniendo en cuenta el excelente material en el que se basa, debería contener una exigencia de mayor calidad.

No todo es negativo, resulta evidente que es todo un espectáculo ver a los superhéroes luchando juntos, también que como entretenimiento formal no es para nada un film despreciable, se deja ver con comodidad a pesar de su excesivo metraje y alberga algún que otro momento recordable, sobre todo cuando Hulk toma el protagonismo.

El desfile de estrellas es otra de sus bazas, muchos justificarán que había que apresurarse para poder contar con todas ellas, pero Mark Ruffalo demuestra, dotando a su Bruce Banner de talento y dignidad, que no era obligatorio recurrir a los actores originales, pienso que los personajes ya tienen suficiente atractivo más allá de quien los interprete.