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España España · malaga
Voto de alcaide:
7
Intriga Cuando el Mayor Bennett Marco (Frank Sinatra) tiene que opinar sobre el Sargento Raymond Shaw (Lawrence Harvey), no duda en afirmar que es un auténtico héroe. Pero, en realidad, Shaw le parece un personaje muy turbio: una enloquecedora pesadilla le hace sospechar que el sargento oculta algo inconfesable. Audaz thriller político sobre el lavado de cerebro de los prisioneros americanos en la guerra de Corea. El fin del rodaje coincidió ... [+]
24 de noviembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces la ficción supera a la más rabiosa actualidad, justo un año antes de la muerte del presidente Kennedy, y en plena crisis de los misiles cubanos, "The Manchurian Candidate", título original de la cinta, se estreno con más pena que gloria, y tras el magnicidio de Dallas, fue incluso retirada de circulación.

Toda una injusticia con un film adelantado a los hechos, pocos podrán decir que su ser conspiranoico era algo exagerado o sacado de contexto, la novela de Richard Condon encuentra un habilidoso espacio para la reflexión, en un momento en el que Hollywood comenzaba a ver la luz al final de ese túnel de mierda, provocado por el infame senador McCarthy.

Un buen reparto coronado por la presencia de Frank Sinatra, un actor que sabía dar credibilidad a los personajes torturados, seguramente porque no necesitaba interpretarlos mucho más allá de su propia condición, acompañado por un Lawrence Harvey algo más forzado. En el apartado femenino, excelente composición de Angela Lansbury, en la piel de una implacable arpía infectada de codicia, y la siempre gratificante presencia de Janet Leigh, a los que casi todos recordarán por ser la mítica inquilina del Motel Bates en "Psicosis" (1960), del maestro Alfred Hitchcock.

Precisamente, y ya que hablamos de grandes directores, la sobriedad tras la cámara de ese gran artesano llamado John Frankenheimer, es otra de las bazas de las que puede presumir este mensajero del miedo. Su estilo moderado, salpicado por brillantes momentos cercanos a lo documental, unido a una más que cuidada y vibrante puesta en escena, bien expresada en las secuencias de tortura colectiva y en su final imborrable, dotan de un valor indiscutible a una obra que, más allá de su propia condición como clásico, supone un reflejo social y político de la época en la que fue filmada.
alcaide
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