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España España · malaga
Voto de alcaide:
7
Aventuras. Western Año 1823. En las profundidades de la América salvaje, el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo, John Fitzgerald (Tom Hardy). Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, ... [+]
5 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras ejecutar su vuelo más virtuoso con "Birdman", hace ahora justamente un año, y aprovechando el crédito que le otorga tan prestigioso título, Alejandro González Iñárritu, conocido entre sus allegados con el cariñoso sobrenombre de "El Negro", se ha embarcado en un ambicioso proyecto, que pretende acercarse a la figura de Hugh Glass, montañero y experto explorador, cuyas aventuras, fechadas a principios del Siglo XIX, fueron recogidas por Michael Punke en una novela homónima, publicada a principios del nuevo milenio.

A partir de un guión del propio Iñárritu, y con la clara intención de abrazar ese subgénero contemplativo del Western, que ya triunfó en el pasado con películas de similar temática, como "Las Aventuras del Jeremiah Johnson" (1972), "Dersu Uzala" (1975), o "Bailando con Lobos" (1990), el realizador de origen mexicano consigue enfrentar, en tan particular viaje hacia el infierno de la venganza, al hombre con la naturaleza, verdadera razón de ser de tan pétreo relato, que en último extremo, busca el continuo deleite de un paisaje helado tan hermoso como hostil.

Como máximo confidente, y entregado a una causa para la que efectúa un empeño superlativo, consistente en dejarse la piel y los huesos en el transito de tan peculiar odisea por la supervivencia, se encuentra un Leonardo DiCaprio al que ya no quedan recursos de madurez con los que solicitar el perdón de La Academia de Hollywood, tras años de grandes papeles, la mayoría de ellos protegido bajo el manto del maestro Scorsese, principal valedor de su talento, e impulsor de su estrella más allá de aquel buque cementerio llamado Titanic, puñal de doble hoja con la que el actor alcanzó la fama absoluta, despertando al mismo tiempo un nivel de envidia y desdén similar, por parte de aquellos a los que se presupone como entendidos para juzgar el noble arte de la interpretación.

En el plano secundario, acompaña un Tom Hardy para el que 2015 ha supuesto el año de su absoluta confirmación, gracias a un físico y un rostro impecables para formar parte de historias sobre universos sumidos en el caos. Completa Domhnall Gleeson, una joven presencia llamada a alcanzar un pronto estrellato, provisto de ese talento que asiste a los actores británicos, del que Hardy también es portador.

Imposible pasar por alto el portentoso acabado visual de un film, que puede presumir de un nuevo trabajo de fotografía de Emmanuel Lubezki realmente destacado, apartado que brilla con luz propia, en un esfuerzo técnico y profesional cercano a lo sobresaliente, donde la banda sonora minimalista del japonés Ryûichi Sakamoto, aporta, nunca mejor dicho, la nota exótica a tan destacada reunión.

Como reflexión final, en la que hay que asumir momentos de una espiritualidad y un misticismo excesivos, rayando a veces en lo pretencioso, es justo señalar igualmente, que la última pirueta del Negro roza lo memorable en muchas de sus escenas, capturando algunas imágenes imborrables para la posteridad, y solo por eso, ya merece la pena defenderla como un producto genuino, que legitima su valor por encima de cualquier defecto formal.



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alcaide
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