Las dos primeras temporadas de esta serie son oro puro. Impresionantes, dentro de su género y dentro del panorama televisivo actual. Incluso la algo criticada segunda (por no ser tan ambigua) supo potenciar el puro suspense y las grandes resoluciones para continuar alimentando las interpretaciones y el magnético interés.

Entonces llegó la horrible tercera temporada, a la altura de las últimas de "Californication", la sexta y parte de la octava de "24", los episodios centrales de la segunda de "Twin Peaks", algunos tramos de temporadas de "Lost", las dos últimas de "Prison Break", la séptima y la novena de "Expediente X" y un largo etcétera de temporadas olvidables. Una temporada penosa, la verdad. Y no ya por la repetición, alargamiento o pesadez de la calidad, sino porque la serie perdía su identidad característica. Ya no era "Homeland". Era una serie bajo su título. Error mortal (por ejemplo, "24" siempre supo escapar de ese error al conservar a su Jack Bauer, eso los creadores, que son los mismo que de esta serie debieron apuntárselo en la frente).

Y ahora, tras ese gran bajón, estamos en la cuarta. ¿Podéis creer que me está encantando desde el principio? No ya por un personaje principal o no (aunque si te tomas al pie de la letra que la protagonista es Claire Danes como Carrie Mathison irás mejor), sino por esa energía recuperada y porque la temporada es un reinicio a toda luz y una nueva búsqueda de raíces en las que crecer.

Puede entonces decirse que esta serie ha pasado por el típico bache creativo o de calidad por el que otras series más pasan o suelen pasar (a excepción de la única y maestra "Breaking Bad", ya que "Juego de tronos" sigue emitiéndose) y lo más importante es que entretiene, sabe dar calidad y aún es relevante (y no una temporada culebronesca y perdida como la inefable tercera).

Eso sí, el comportamiento algo repetitivo de Carrie me da signos (cada uno en su terreno, eso sí) al repetitivo torturador e impulsivo Jack Bauer, y sus tramas terroristas cada vez se complejizan y globalizan más, así como pasase en "24". Sin olvidar que la trama cada vez se centra más y más en Carrie (en "24", la serie podría llamarse "Jack Bauer" por cómo fueron las tramas de las últimas temporadas). En definitiva, "Homeland" ahora sí que podría considerarse una "24" más de personajes e intelectual, sin el clásico reloj ni sus limitaciones espaciales y temporales, pero ya una serie formulática y al uso. Es una serie de calidad, ha conseguido eludir una nota más baja con la recuperación de su temporada, y muy seguramente seguirá interesando.

Pero las renovaciones de la cadena (pese a que la audiencia ha bajado un poco) y la fórmula ya asentada auguran un alargamiento y desgaste seguros. Mientras aguante en el notable no me importará en exceso. La pena es que ya no será la misma "Homeland" o una "Homeland" más pura de lo que podría convertirse.