Pese al prometedor inicio la de la película, "La madre Muerta" decepciona a medida que avanza, se vuelve tópica, manida, pierde interés: las situaciones y los estados de ánimo se repiten y el guión se recrea excesivamente en el alma de los protagonistas, pero sin ahondar en ella en profundidad.

Pese a todo, la película resulta interesante dentro del panorama del cine español y se parece en espíritu a la coetania (en tiempo y espacio) "Vacas" (1992), de Julio Medem. Como la de Medem, también, resulta una película inmadura, pero que apunta a un estilo muy personal, desarrollado definitivamente en la más reciente "Frágil" (2004) y olvidado momentáneamente en la exitosa "Airbag" (1996).

También destacan algunas escenas del principio, como he cometado, sobre todo la que abre la película y el asesinato en el bar. Y no menos destacable es la excelente interpretación de Karra Elejalde, siempre bien.