Cuando pensaba en cómo explicar aquí las sensaciones que me provocó esta película, recordé que esto ya me había pasado una vez.. la rara experiencia de captar un cierto estado mágico, un trabajo de equipo en el que todas las partes estuvieron tocadas por la inspiración: el guionista, el director, los actores, en fin.. todo encajó sin esfuerzo y con maestría. Muy de vez en cuando se puede disfrutar de esa magia colectiva. Recordé que había percibido eso anteriormente, con "Amelie", otro hermoso cuento que como éste, es un poco ingenuo, un poco fantasioso, a veces melancólico, pero siempre luminoso. Donde se muestra la mejor parte que todos tenemos, pero sin necesidad de caer en la cursilería. Aquí tenemos a un núcleo familiar muy pequeño, conformado por Lars, su hermano y su cuñada, integrado dentro de otro microcosmos: la sencilla comunidad, el pueblo donde todos viven, acompañan y entienden al raro y buenazo de Lars. Un personaje al que es imposible no querer. Una maravilla la interpretación de Ryan Gosling. Una maravilla el guión. Una parábola deliciosa, muy bien llevada y resuelta. Una película para ver y guardar. Y volver a ver cada tanto.