Otro film difícil de definir, y de calificar. Es una obviedad decir que las sensaciones vividas durante el desarrollo de la película, y la subjetividad del espectador son la principal herramienta para valorar una obra cinematográfica. Pero creo que en algunas películas esto es menos obvio, porque uno las mira desde cierta distancia, con mas o menos "aire" entre la pantalla y la propia mirada. Pero éste no es el caso, no ciertamente hasta, digamos, la mitad de la historia que cuenta Bellocchio. Hasta allí se vive la película desde adentro.. todo es intenso, angustiante, sofocante, oscuro, perturbador. La sensación es la de estar en la misma cama con los amantes, en la misma discusión política, fumando el humo de los conmilitones de Mussolini, o en la calle siendo corrido por la policía. A todo ésto sumémosle el gesto servil, casi perruno de la arrobada Ida para con su Benito, y todo, todo ese cóctel es demasiado. Juro que me sentí mal, con ganas reales de abandonar el visionado. Luego la historia se abre, se expande, y aunque nunca pierde el dramatismo (muy lejos de eso), se deja ver con menos sensación de ahogo. El trabajo de Giovanna Mezzogiorno es casi perfecto. La historia es muy interesante, y terriblemente dura. La película demanda un esfuerzo casi físico para verla. Tal vez un siete sería adecuado, pero el agobio que sufrí me hace mezquinarle ese puntito.