Una buena idea haber visto esta película. Si nos atenemos a la parte estrictamente teatral del asunto, es decir, los interiores, el guión y las interpretaciones, el producto es una verdadera joyita. Por supuesto que se le debe perdonar -como corresponde al género- algunas situaciones mas o menos forzadas o poco creíbles, pero el conjunto es tremendamente entretenido y muy gracioso. Se destacan Patrick Bruel, Charles Berling (insoportable su personaje, conozco tipos así) y Valerie Benguigui. Dejo para el final la parte mas floja, que viene a ser el relleno: ¿por qué no aflojan los franceses con los "homenajes" a Amelie? Nadie hizo la presentación y los aderezos visuales con más gracia y originalidad que Jeunet en el film de 2001. Pasemos a otra etapa, lo bueno si breve, dos veces bueno